Inglaterra se queda corta en el derbi
→ El 0-0 en Wembley no parece tan mal resultado para Inglaterra ni tampoco para Escocia, que se aferra a sus opciones en la Eurocopa
→ Un derbi vive al margen de las etiqueta o favoritismo, también para Inglaterra. El equipo de Southgate no pasó del empate ante Escocia, meritoria por competir desde el arranque hasta el final para agarrarse a la Eurocopa. El encuentro acabó como el primero que disputaron en 1872: 0-0. Solo faltó el gol, aunque no diluyó una gran noche en Londres. Inglaterra tiene parte del trabajo hecho, pero tiene que rematarlo ante República Checa.
A Escocia le fue bien que el partido fuera mucho más que un partido, acentuado por una rivalidad que escapa a la pelota. Donde no le alcanzaron las piernas le llegó el alma, arropado por miles de compatriotas, orgullosos de irrumpir en Wembley, templo de una Inglaterra gaseosa. No se discute el talento que tiene pero le falta regularidad, demasiado pendiente de los buenos momentos de Foden.
No puede pretender Southgate que el joven del City resuelva todos sus problemas, a la espera de un apagado Kane. Sorprende que Grealish no tenga más protagonismo en una selección a la que le costó encontrar caminos hacia el 1-0. Stones estrelló un remate de cabeza en la madera para achicar a Escocia, pero se quedó en el intento. Los futbolistas de Clarke se crecieron en su visita a Londres, con algunos ratos de dominio.
A cada error del rival se escuchó una burla desde la grada. A cada acierto, un grito de bravura para reivindicar la superioridad de uno frente al otro. Cosas que pasan en un derbi, emocionante a pesar del empate. Escocia se descamisó en el tramo final de un primer tiempo en el que O’donell estuvo cerca de darle una alegría a su país. Su golpeo, potente, encontró la respuesta de Pickford. El 0-0 al descanso despertó las dudas locales y ponderó a los visitantes.
Tas decepcionar en su debut, tuvo mérito la puesta en escena de una Escocia a la que no se le acabaron las pilas, destacado el papel de sus laterales y de sus futbolistas de ataque para aguantar la pelota de espaldas. A falta de dar con algún gol, el choque mezcló buenas fases de juego con el suspense y la emoción propias de un derbi británico como este. Pero para Southgate no fue suficiente: Grealish entró por Foden.
Nadie renunció a ir a por el triunfo, aunque perder les dio más miedo a los dos. No hubo grandes ocasiones, consciente de que empatar para Inglaterra no era dramático. Tampoco para Escocia, que se jugará sus opciones ante Croacia. El 0-0 tiene que servirle para ganar confianza. Siendo inferior sacó las garras para competir a Inglaterra, la vecina con quien tanto difiere ●
Southgate no puede depender tanto de Foden, a la espera de un apagado Kane