Rahm, en busca de la gloria en el US Open
→ Jon, con 6 top 10 en los 19 Grand Slams que lleva disputados, luchaba en la última vuelta en Torrey Pines contra 5 ganadores de ‘majors’
→ Jon Rahm ganó su primer torneo como profesional en 2017 en el South Course de Torrey Pines. Fue el Farmers del PGA Tour con eagle incluido en el hoyo 18. El sábado, en la tercera vuelta del US Open, la denominada del ‘movimiento’, firmó su primera tarjeta sobre par de la semana. No fue un buen ‘moving day’ para el jugador de Barrika. No consiguió desplegar su juego más poderoso y se dejó mucho trabajo para ayer domingo. Acabó a tres golpes de los líderes. Ayer, en los 9 primeros hoyos de la jornada final, Rahm estaba a uno. Lo más positivo, por tanto, es que, efectivamente, tenía muchas opciones de ganar el US Open, su 19º ‘grande’, en el que ya suma seis top ten. Jon se dejó una ventana abierta y podía decir que en gran parte entrar en la gloria y formar parte de la historia dependía de él. Estaba claro que el vasco necesitaba la mejor versión de sí mismo, un jugador parecido al que se pudo ver por ejemplo en el Memorial hace apenas dos semanas.
Si el sábado Jon no consiguió fabricarse buenas opciones de birdie, ayer empezó como un tiro: birdie-birdie. Jon tenía trabajo para ganar el US Open, pero lo bueno es que él solito se había fabricado la gran oportunidad de su carrera y que muchos habrían firmado una situación así a comienzos de semana. Ya vivió un domingo épico en Torrey Pines hace cuatro años al ganar el Farmers. Salió a tres golpes del líder, como ayer. Había que creer en que la gesta era posible. Una cita con la historia por cuanto ningún golfista español ha ganado nunca el US Open.
La tarea era de órdago porque se jugaba la victoria, entre otros, con cinco ganadores de ‘majors’: Bryson Dechambeau (US Open’2020), Louis Oosthuizen (British’2010), Rory Mcilroy (dos PGA, un Open USA y un British), Collin Morikawa (PGA’2020) y Brooks Koepka (dos US Open y dos PGA).
Oosthuizen, el sábado, único jugador del mundo capaz de embocar un putt largo de eagle en el hoyo 18 de una tercera ronda de un Grans Slam sin dibujar una sonrisa, volvía a tener una oportunidad excelente de conseguir su segundo ‘major’, casi once años después del primero. Dechambeau es un profesional potente. Hasta que no entiende lo que está pasando y cómo solucionarlo no lo deja. Por eso, no es de extrañar que su mente trabaje incluso en sueños. También forma parte de su parafernalia y su manera de entender el espectáculo. “Encontré la solución mientras dormía. Me desperté en mitad de la noche y me di cuenta de lo que estaba pasando, de cuál era el ajuste que me podía ayudar a pegar a la bola como yo quiero”, explicó tras meterse en la pomada del título. Mcilroy aseguró al acabar su fenomenal vuelta de 67 golpes el sábado que cenaría un sandwich de pollo, igual que viernes, jueves, miércoles, martes y lunes. “Si la cosa va bien y tengo opciones de ganar el US Open, qué necesidad hay de tentar la suerte. Apunten la receta por si algún día tienen un torneo importante: pollo rustido, aguacate, tomatitos, alioli de ajo y pan de molde. Está realmente muy bueno”. Igual de bueno que el espectacular cheque de 2.160.000 dólares que espera al ganador del US Open 2021 ●