GRAHMDIOSO
“Creo que lo mejor está por llegar”, dijo Jon Rahm al acabar la 3ª jornada a tres golpes de los líderes en el US Open. Vaya que sí, lo bueno no, lo extraordinario, sensacional, enorme, fabuloso, histórico y Grahmdioso, con letras mayúsculas, que llegó en la tarde del domingo en la costa oeste americana fue un triunfo para los anales del golf español. El vasco de 26 años se convirtió en Torrey Pines (San Diego) en el primero que conquista este Grand Slam y en el cuarto golfista español de la historia que gana uno de los cuatro ‘grandes’ tras el malogrado Seve Ballesteros, Txema Olazábal y Sergio García.
Con un final de último recorrido espectacular, de número uno, embocando sendos putts en bajada, con caída de izquierda a derecha para birdie que le acabaron dando la victoria con un golpe de ventja frente al único gran rival que quedó en pie para discutirle la victoria, el sudafricano Louis Oosthuizen (otra vez segundo en un ‘major’), Rahm vivió el éxtasis en el 17 y la apoteosis en el 18.
Puño al aire, un grito que descargaba toda la tensión del momento, y hoque de manos con su caddy Adam Hayes. Y no faltó el griterío ensordecedor del público que abarrotaba el green del 18 y que estaba con él, por él y para él. Junto al green su mujer Kelley y su hijo Kepa. Tras las cuerdas, sus padres, Edorta y Angela. Más no se puede pedir.
Jon ganó su primer torneo profesional en 2017 en el South Course de Torrey Pines. Fue el Farmers del PGA Tour con eagle incluido en el hoyo 18. El sábado no había sido un buen ‘moving day’ para el de Barrika. Acabó a tres golpes de los líderes. Pero lo más positivo es que tenía muchas opciones de ganar el US Open, su 19º ‘grande’, en el que ya suma siete top ten siendo su mejor final hasta ahora, el 3º empatado en Pebble Beach’2019.
El ‘moving day’ de Rahm llegó con 24 horas de retraso. Jon se dejó una ventana abierta y podía decir que en gran parte entrar en la gloria y formar parte de la historia dependía de él. Estaba claro que el vasco necesitaba la mejor versión de sí mismo, un jugador parecido al que se pudo ver por ejemplo en el Memorial hace dos semanas. Torneo del que se tuvo que retirar al dar positivo por Covid-19. La versión de Rahm el domingo fue master class, on fire total. Tranquilo y paciente cuando debía, demoledor cuando tocaba. Los dos putts letales y brutales del 17 y 18 hicieron justicia con este atleta de 26 años llamado a marcar todo una época.
Sus rivales caen uno a uno
Jon tenía trabajo para ganar el US Open, y lo bueno es que él solito se había fabricado la gran oportunidad de su carrera, de su vida, en el Día del Padre en EE.UU., oportunidad que muchos habrían firmado a comienzos de semana. Ya vivió un domingo épico en Torrey Pines hace cuatro años en el Farmers. Salió a 3 golpes del líder, como el domingo. Había que creer en que la gesta era posible. Una cita con la historia por cuanto ningún golfista español había ganado nunca el US Open. Era una asignatura pendiente que Rahm cubrió con matrícula de honor.
Curiosamente, hasta este domingo 20 de junio de 2021 sólo un español había liderado el US Open en sus 121 años de historia: Seve Ballesteros. Lo hizo dos veces, en la primera y tercera jornada de 1983, en Oakmont. Han pasado 38 años y un día desde esa tercera ronda. Es lo que tardó Jon en recoger el testigo que dejaba el malogrado as de Pedreña. No era tarea fácil porque se jugaba la victoria, entre otros, con cinco ganadores de ‘majors’: Bryson Dechambeau (US Open’2020), Louis Oosthuizen (British’2010), Rory Mcilroy (dos PGA, un Open USA y un British), Collin Morikawa (PGA’2020) y Brooks Koepka (dos US Open y dos PGA). Todos fueron cayendo a la lona, primero Koepka, luego Morikawa, seguido de Dechambeau, Ilroy y Oosthuizen. Jon fue más Rahmbo que nunca y más killer que siempre. ‘Grahmdioso’ ●