Memphis llega tres ventanas después... pero ya está aquí
Memphis Depay jugó ayer su primer partido desde que se ha hecho oficial su fichaje por el Barça. Y, a pesar de unos cinco primeros nervioso perdiendo balones ante Macedonia, luego fue el mejor del partido. Marcó el primero al contraataque, regaló el segundo a Wijnaldum de preciso pase de la muerte y hizo el primer remate en la jugada del tercero. El delantero demostró, en 60 minutos, todas las virtudes que le gustan a Koeman. En el extremo izquierdo desborda por dentro y por fuera, en el centro llega al remate en el momento justo. Sin balón lo presiona todo, con esférico busca tirar esas paredes que pueden hacer feliz a Messi. Memphis tiene, por encima de todo, energía y movilidad. Se ofrece constantemente, se desmarca pidiéndola con la palma de las manos abiertas hacia abajo para hacer visible que la quiere, lanza diagonales a la espalda de los defensas y, hoy por hoy, tiene el autoestima por las nubes. Lejos queda ese Memphis que fracasó en el United. Su liderazgo en Lyon le ha ido muy bien. Tocó fondo y, él sólo, ha salido del pozo futbolístico para estar en la élite. Por eso Koeman ya le pidió en agosto de 2020. No pudo ser. En enero, con el jugador dispuesto a venir, ni el Barça tenía dinero ni Aulas le dejó salir. Ahora sí, llega al Camp Nou, sin tener que pagar traspaso. Ha valido la pena esperar. Operación redonda para todos ●