Lo que se echa de menos
En los programas deportivos acaban siendo un escándalo cuestiones políticas asociadas a sentimientos patrióticos. Se miran con lupa las declaraciones que implican compromiso ideológico. Pero los asuntos sociales, a no ser que impliquen imágenes morbosas o violentas, quedan en un segundo plano. Para esto no consultan a expertos, a colectivos, a presidentes de clubes, a jugadores, a gente de la calle. Es más un postureo informativo que periodismo comprometido ●