Los cambios funcionan
El partido empezó con un extraño homenaje de Dubravka, el meta de Eslovaquia, a los 35 años de la mano de Dios de Maradona que se cumplieron el martes, y acabó con una manita escandalosa. La selección a la que se le acusaba (con razón) de falta de gol marcó cinco tantos, en el resultado diferencial más abultado de esta primera fase. Los cambios que llevó a cabo Luis Enrique funcionaron en el partido más decisivo. La entrada de Busquets y Sarabia fueron clave para explicar una victoria contundente. Ahora, en octavos, ante Croacia en Copenhague, la selección deberá ratificar que lo de ayer no fue el sueño de una noche de verano.
LA PAREJA DE CENTRALES fue la suplente del City, Eric Garcia y Laporte, que se entienden porque tienen un concepto del fútbol parecido y han sido compañeros en Manchester. Pero lo que más les ayudó fue la presencia de Busquets, el mediocentro capaz de ser un tercer central o un tercer interior. Ayer fue las dos cosas y España encontró más orden. De alguna forma Luis Enrique modificó la columna vertebral, con cambios por línea muy importantes. La entrada de Azpilicueta también mejoró la defensa, en la que Alba mantuvo su buen tono. Delante siguió la dupla Mo-mo (Morata-moreno) y dio entrada a Sarabia, que fue el mejor atacante y jugador clave en el aparato ofensivo español.
EN EL CENTRO DEL CAMPO destacaron también, sobre todo en la primera mitad, los compañeros de Busquets. Tanto Koke, como Pedri, se asentaron tras un inicio balbuceante y construyeron con mucha solidez un mediocampo efectivo. Luis Enrique acabó dando descanso a los tres pensando ya en los octavos con un marcador muy favorable. Eso es lo que fundamentalmente le había faltado a la selección: marcador, porque el fútbol de los dos primeros partidos también fue bueno ●