Ceferin el censurador
Los criterios de la UEFA a la hora de censurar lo que pasa en el campo son dudosos
En un acto de transparencia, la BBC ha hecho pública la cifra exacta de las quejas recibidas por la cobertura televisiva que se hizo del momento en que Christian Eriksen recibía asistencia médica en el campo después de desplomarse durante el Dinamarca-finlandia. Fueron 6.417 quejas, convirtiéndose en una de las cifras récord de la historia de la cadena. La televisión pública británica se ha disculpado por no haber gestionado mejor o de otra manera la situación a pesar de no ser los responsables directos de la realización, que dependía de la UEFA.
El miércoles, en el Alemania-hungría que adquirió más relevancia de la esperada por la prohibición de la organización de iluminar el Allianz Arena con los colores del arcoíris, un espontáneo saltó al campo mientras sonaba el himno húngaro. Llevaba una bandera de reivindicación del colectivo LGTBI como señal de protesta por las leyes homófobas del parlamento de Hungría. A diferencia del Dinamarca-finlandia, en esta ocasión, la realización de la UEFA no mostró absolutamente nada, hasta el punto de que los espectadores ni se enteraron de lo sucedido: solo se puede intuir a toro pasado al escuchar cierto alboroto en la grada. Pero el realizador evitó la imagen haciendo primeros planos de los jugadores, el staff técnico en el banquillo y la afición húngara. Como los comentaristas de Mediaset no están en el estadio sino en una cabina de retransmisión en España siguiéndolo por la tele igual que los espectadores, tampoco se enteraron de lo ocurrido y no pudieron explicarlo a la audiencia.
El contraste entre las decisiones a nivel de realización en ambos casos delata los criterios informativos de la UEFA. Se permiten vulnerar la intimidad de un futbolista cuando se debate entre la vida y la muerte, pero en ningún caso mostrar una reivindicación que, en este caso, tiene que ver con los derechos humanos. La UEFA quizá considera que el caso de Eriksen es periodismo y lo del espontáneo, política. Cuando, en realidad, podríamos considerar que lo primero debería ser entendido como una cuestión ética y lo segundo un hecho informativo vinculado a la actualidad de la Eurocopa. Lo que no puede hacer la UEFA es considerar el fútbol como algo al margen de los valores universales ●