El plantón de Wijnaldum
Los Países Bajos fue una de las selecciones que con más dudas llegó a la Eurocopa, especialmente en la figura de su técnico Frank De Boer a quien los más dogmáticos de la escuela holandesa asociada históricamente al 4-3-3, no perdonaban su mutación al 3-5-2. Hasta su propio hermano gemelo Ronald, fue crítico en sus intervenciones mediáticas. Sin embargo, llegada la competición y sumando por victorias sus partidos en el Johan Cruyff Arena , los “oranje” se han confirmado como uno de los mejores equipos del torneo. En parte, sobre todo, a las excelentes prestaciones del trío De Jong-wijnaldum-depay, que inicialmente estaba destinado a formar parte de la columna vertebral del próximo proyecto de Koeman en el Barça, hasta que las dudas que se generaron entre la dirigencia blaugrana sobre la continuidad de su entrenador fue aprovechado por el PSG para llevarse al internacional francés, como dos años antes había intentado lo mismo con De Jong, hasta que un oportuno viaje del presidente Bartomeu a Amsterdam lo evitó.
La indecisión barcelonista jugó a favor de los franceses para llevarse a un internacional acreditado a coste cero de traspaso, puesto que el mismo día que sus representantes se plantaron en las oficinas del Camp Nou para ultimar las negociaciones, se encontraron en la entrada a un enjambre de periodistas y cámaras de televisión habidas por el desenlace de una reunión tibante en que se le pidió a Koeman una moratoria por dos semanas más, mientras Laporta intentaba hacer realidad el sueño imposible de lograr el retorno de Guardiola al banquillo del Camp Nou. Ante semejante revuelo, los asesores de Wijnaldum viendo en la cuerda floja al avalador del fichaje de su pupilo se decantaron por el poder de los petrodólares de Qatar.
Aunque hubo otro factor que jugó en contra del Barça y este fue la cascada de dudas que generó entre el entorno más dogmático del club que contemplaban el fichaje del centrocampista del Liverpool, aquel que participó activamente marcando dos goles la noche de la trágica derrota de Anfield, como una especie de traición a los principios del modelo de estilo de juego barcelonista en las casi últimas cuatro décadas, con la llegada de Cruyff como técnico.
Criticas basadas en algunos casos en un claro desconocimiento de las características futbolísticas de Georginio, que a su reconocido dinamismo, no exento de un buen dominio del balón en el centro del campo, aporta capacidad de llegada y gol. Como se demuestra que lleve contabilizados tres tantos en la presente Eurocopa. Vaya que no se trata ni de un Paulinho o Arturo Vidal, futbolistas que también fueron devorados por su falta de coincidencias con el ADN blaugrana.
Por si fuera poco, los comentarios del posible interés por el ex jugador del PSV Eindovhen y Newcastle coincidió con la esperanzadora aparición de Ilaix Moriba en las alineaciones del Barça, por lo que la futurible llegada del internacional holandés podía representar una seria amenaza en la progresión del joven valor de la cantera, al que Koeman le ha demostrado toda su confianza, al pasar por delante de otros mediocampistas como Miralem Pjanic o Riqui Puig. Con la renuncia de la incorporación de Wijnaldum, la dirección deportiva, junto al entrenador, valoran como necesaria reforzarse con otro jugador que aporte piernas a la zona ancha y que pueda ser objeto de algún intercambio. Los nombres de Fabián Ruiz, Mikel Merino o el del joven medio centro del Ajax Ryan Gravenberg, al que se llega a comparar con Frank Rijkaard. Palabras mayores ●