“Chusín, el precio lo pongo yo”
→ Se cumplen 20 años del fichaje de Geovanni, recordado por el lío de su negociación pero no por su fútbol
→ Han pasado ya 20 años del fichaje de Geovanni Deiberson por el Barça. El que fuera delantero del Cruzeiro es recordado por la polémica que suscitó su contratación como culé, pero no por su rendimiento, de los más pobres que se han visto en el Camp Nou entre los brasileños que han vestido de azulgrana.
El 2 de junio de 2001, Mundo Deportivo tituló en portada ‘Geovanni, al saco’, tras confirmarse que el jugador había firmado por cinco temporadas. La víspera, el viernes 1 de junio, el que fuera futbolista y técnico Chus Pereda, que había recomendado su llegada al Barça, aplaudió su llegada al subrayar las virtudes del extremo. “Centra como Figo y tira las faltas como Rivaldo”, dijo. También Josep Maria Minguella, conocedor histórico del mercado brasileño al haber traído como agente a Europa a cracks del nivel de Rivaldo, tenía muchas ilusiones depositadas en Geovanni, que por entonces tenía 21 años: “Es ya casi una estrella y tiene condiciones de convertirse en algo importante”.
Aquel mismo fin de semana ya se dio a conocer el precio de un traspaso que alcanzó los 18 millones de dólares. Un viaje a Brasil del gerente azulgrana Anton Parera cerró una operación que provocó un inicial consenso técnico y logístico.
El problema llegó semanas después. El miércoles 27 de junio, Pereda denunció públicamente que el Barça había pagado al menos seis millones de dólares más por un traspaso que él dijo haber acordado en 12 millones. “Se podía negociar a la baja y ficharlo por 8,5”, agregó el malogrado ex futbolista, campeón de Europa en 1964 con la selección española. En aquella comparecencia, Pereda soltó la frase más recordada de todo aquel fichaje: “Parera me dijo: ‘Chusín, el precio lo pongo yo’”. “Yo no sé qué ha pasado con el dinero, es muy triste cómo están llevando el Barça”, apostilló Pereda al recordar que en marzo había viajado a Brasil junto al agente FIFA Ángel Caballero, cerrando según su versión el precio de venta con el Cruzeiro en 12 millones.
Parera respondió el mismo día. “A ‘’Chus’ le han engañado, el Cruzeiro nunca tasó a Geovanni en esa cifra”. El juego de réplicas y contrarréplicas entre ambos no acabó ahí. Pereda aseguró haber recibido el 24 de mayo, dos meses después de su viaje a Brasil, una llamada de Parera para informarle de que iban a fichar a Geovanni. “Si lo logramos por 12 millones tendréis un premio de dos millones”, afirmó Pereda respecto a lo que, según él, se le había prometido. Aquel mismo miércoles en que explotó el lío, Parera contestó que “si aquí se pagase una comisión a alguien del club eso sería robar” y negó que Pereda tuviera permiso para negociar en nombre del Barça. “Que no digan que no se pagan comisiones porque a mí me la ofrecieron, tengo llamadas a mi móvil”, alegó Pereda. “Me parece que a Chus lo han engañado”, terció por su parte Minguella, por entonces asesor sin contrato del presidente Joan Gaspart. El Cruzeiro, presidido por Zeze Perrela, avaló la versión del Barça y recordó que sólo él tenía firma para concretar el traspaso. A su vez, el agente FIFA que cerró la operación en 18 millones, Gilmar Veloz, autorizado por el club brasileño para negociar con el Barça, aseguró que “el Cruzeiro pedía 20 millones y los rebajó a 18, tasas incluídas”. La guerra acabó en tribunales por demanda para restituir el honor de Parera, quien avisó que si era compensado por vía judicial lo dedicaría a instituciones benéficas. Pereda no aportó documentos que
Pereda aseguró que él había atado al jugador por 12 millones y el Barça pagó seis más
El 27 de junio hubo fuego cruzado entre Chus y Parera por un crack que hizo 3 goles
probasen sus acusaciones. El embrollo fue a más cuando la empresa Milenium presentó una demanda al aducir que el suegro de Geovanni, Roberto Assuncao, les había cedido la representación del jugador y que, por tanto, les tocaba una comisión. La justicia absolvió al Barça, a Geovanni y a su suegro.
El ruido que provocó el fichaje, desde luego, mereció poco la pena. Tres goles entre 2001 y 2002 fueron el saldo en el Barça de un jugador que se fue al Benfica en 2003 y que se retiró en 2013 en el Bragantino ●