¡Socorro!
n pleno agosto, con futbolistas estrenándose en Laliga sin tener un minuto en pretemporada por culpa de este calendario que quienes mueven los hilos cargan de partidos sin ninguna piedad, cuesta coger la forma física y familiarizarse con el balón, razones suficientes como para que las tres jornadas previas al parón de selecciones sean una trampa. Pero para trampas, incluso para estafas, la del estamento arbitral. La calamitosa actuación de Munuera Montero en el Celta-atleti continua sin freno 48 horas después. n nueve faltas, amonestó cinco veces a los rojiblancos, perdió por completo el control del partido en el tramo final del mismo y su redacción del acta pone en duda su capacidad para pitar al máximo nivel: ni Mario Hermoso hizo lo que el colegiado vio, ni Giménez estaba en el banquillo cuando fue amonestado, ni desde el VAR vieron una agresión de Iago Aspas que se fue al limbo. Para tener compañeros como Medié Jiménez, mejor ir solo por la vida. Una vez más, la diferencia de criterios con las manos en función del color de la camiseta del protagonista amenaza la limpieza de la competición. Es insultante que los “expertos” arbitrales de los medios defiendan que cada árbitro pite lo que le dé la gana. Es una tomadura de pelo a los aficionados que no merecemos. Un condicionante del juego que no ha hecho más que empezar ●