Una rebeldía sin acierto
El ‘9’ azulgrana emergió ante la adversidad pero falló dos claras ocasiones en el área, la última en el 95’
→ Si el lunes contra el Granada la acumulación de centros alcanzó la cifra récord de 54, anoche sólo hizo 22 al optar por un fútbol más clásico en lo que el Barça se refiere pese a actuar Luuk de Jong como ‘9’ de referencia. La muralla defensiva de un Cádiz que renunció prácticamente al ataque y sólo se estiró cuando fue expulsado Frenkie de Jong en el minuto 65 resultó un gran obstáculo especialmente en el primer tiempo. La escasez de huecos menguó además la capacidad de amenaza de Memphis Depay pero la actual estrella del Barça sí disfrutó luego de ocasiones para decantar la balanza y ahí no estuvo a la altura de lo esperado marrando dos clarísimas ocasiones que habrían liquidado el maleficio de Ronald Koeman ante los gaditanos.
El león neerlandés, que en la primera mitad se movió entre líneas para no recibir tanto de espaldas y encarar luego para meter un balón al hueco a su compatriota Luuk de Jong, elevó la intensidad tras el descanso coincidiendo con un Barça que exhibió mayor ahínco en la intensidad y merodeó más el área rival. Y paradójicamente fue Luuk quien se descolgó hacia el vértice derecho del área para meter un pase en diagonal con mucha intención. Sólo hacía falta rematar en boca de gol a Ledesma pero el meta del Cádiz ni siquiera llegó a verse exigido ya que Memphis erró en el remate golpeando el cuero en su tibia izquierda y acabando en nada en el minuto 50. Y dos después, herido en un orgullo que sacó a relucir ante la adversidad como por ejemplo hizo Ronald Araujo el lunes contra el Granada. Enfiló de nuevo el área gaditana y soltó un zurdazo repleto de rabia que se envenenó y sí hizo lucirse al portero anfitrión.
Persistió Memphis, que volvió a acariciar el gol tras un magnífico globo de Frenkie por encima de la defensa pero el ‘9’ azulgrana no acertó en el remate. La expulsión de su compatriota conllevó la marcha de Luuk para llenar la medular en un 4-4-1 dejando a Depay como el llanero solitario del Barça sin dejar de persistir, recibiendo en ocasiones de espaldas a puerta con dos hombres encima y a 40 metros de la portería. Más difícil todavía para Memphis, llamado a ser final pero también origen en muchas jugadas. A balón parado le relevó luego Coutinho, inestable como socio, hasta que una contra, tal vez la única del Barça, conducida por Piqué acabó con un pase a Memphis. Se cantaba el gol pero su chut cruzado con la diestra lamió el palo, al que se quedó enganchado desesperado cerrando los ojos. En Bilbao también tuvo el 1-2 con la zurda tras empatar antes pero en Cádiz no pudo dar oxígeno a Koeman, su gran valedor
Cambiarán las normas del VAR para que intervenga en las segundas amarillas?