Ansu, la herencia
Antes lo solucionaba Messi, ayer lo hizo Ansu. No tienen nada que ver, pero el barcelonismo anda ilusionado con el joven Fati, que no defrauda. Ante el Valencia marcó un gol y provocó un penalti. Cuando más sufría el equipo, Koeman dio entrada a Coutinho, para mantener el balón y le salió bien: el brasileño, además, marcó el gol de la tranquilidad, tras un pase de Dest, que funcionó mejor como extremo que como lateral.
EL BARÇA NECESITABA GANAR Y LO HIZO.
La entrada de Ansu permitió ganar en gol, en desborde y en rapidez. El Barça acabó jugando bien con el balón después de algunos momentos con excesiva conducción, pero no tiene esa misma seguridad sin la pelota. Los equipos que se enfrentan a los blaugrana juegan demasiado cómodos en ataque. Pero la semana clave ha empezado bien, con un buen triunfo que generará autoconfianza y actuará como un bálsamo psicológico para un equipo que debe ir encontrando su modelo sin Leo. Hay demasiados jugadores todavía que están acostumbrados al Barça con Messi. Ahora deberán acostumbrarse al Barça con Ansu. Tipos como Gavi o Nico están entrando con fuerza, pero el Barça necesita mejorar en defensa.
AYER TAMBIÉN FUE DÍA DE ASAMBLEA,
aplazada a petición de la mayoría de compromisarios que querían más tiempo para votar los dos asuntos más complejos: el Espai Barça y la inversión de 1.500 millones y la reforma estatutaria. Laporta recogió bien el guante lanzado y quedó claro que el horario había estado mal elegido: las 3 de la tarde era muy tarde. Hubiera sido mejor a las 12 de la mañana o anticipar las votaciones importantes. Un gran número de compromisarios dejaron claro que para la votación del Espai Barça era mejor un referéndum en el que participaran todos los socios y no un 0,75 por ciento de la masa social. La directiva tiene ahora una semana para reformular o insistir en el plan tras escuchar a los socios en la Asamblea marcada por la herencia económica y un partido por Ansu ●