Agüero y el Camp Nou, amor a primera vista
Bastaron unos minutos para comprobar el idilio entre la grada y el Kun, que debutó ayer
Otro gol tempranero El Valencia marcó nada más empezar el partido, como ya habían hecho el Granada o el Benfica esta misma temporada
Récord de público Los 47.317 espectadores superan en ocho mil a los que fueron ante el Bayern (39.737), la mejor entrada del curso
→ El Barça-valencia de ayer fue especial para muchos socios. Por primera vez desde marzo de 2020, desde la irrupción de la pandemia, el Camp Nou acogió un partido sin restricciones de aforo. Los abonados pudieron regresar al campo sin tener que reservar una entrada previamente, sin estar pendientes de un sorteo y pudieron al fin volver a su asiento con su carnet de socio.
Sin restricciones, al margen de la obligatoriedad de la mascarilla, el Camp Nou presentó la mejor entrada de la temporada, aunque no llegó
47.317 espectadores en el Camp Nou en el primer partido sin restricciones
a la mitad del aforo. Fueron 47.317 espectadores, casi ocho mil más que el día del Bayern. Regresaron las tertulias con los compañeros de asiento y también reabrieron los puntos de venta de ‘frankfurts’ y butifarras, a los que volvieron las colas en el descanso. La vuelta a la normalidad también supuso para muchos socios volver a sufrir la ‘tortura’ del speaker y la megafonía del Camp Nou, un tema que genera mucho debate en las gradas.
El público confirmó a Ansu Fati como el nuevo ídolo del barcelonismo y también recuperó una vieja costumbre pre-covid, las broncas al colegiado. Gil Manzano se lo puso fácil, ya que su criterio a la hora de señalar faltas o sancionarlas con amarillas desesperó al Camp Nou. Amonestó a Gavi o Busquets a la primera y en cambio le perdonó la amarilla a Maxi por un codazo a Piqué que sí señaló como falta o una de Diakhaby sobre De Jong.
La noche también sirvió para que la afición barcelonista se reconciliara con Sergi Roberto. Tras los pitos que recibió el día del Bayern, ayer el de Reus dio la vuelta a medio terreno de juego tras ser sustituido por Mingueza y recibió el cariño y el afecto del público, que agradeció devolviendo los aplausos a la grada.
La afición tenía muchas ganas de presenciar el debut de Agüero. Aplaudieron su salida para calentar y celebraron como si fuera un gol su entrada al campo. No había tocado ni un balón y la grada ya coreaba su nombre: “¡Kun, Kun, Kun, Kun!”. El debut del argentino, aunque fuera casi testimonial, desató la locura en el Camp Nou. Con el partido resuelto, la afición se lo pasó en grande repitiendo el nuevo cántico y soñando con un gol del argentino. Jugó unos minutos, pero suficientes para comprobar su idilio con su nuevaafición ●