SUPERCAMPEONA
Paula Badosa se convierte en la primera española que gana el torneo WTA 1000 de Indian Wells Enorme triunfo sobre Azarenka (7-6, 2-6 y 7-6), se acerca al top-10 mundial y roza plaza en las WTA Finals
Espectacular Paula Badosa como primera campeona española en el torneo WTA 1000 de Indian Wells, considerado el ‘quinto Grand Slam’. No pudo entrar en el palmarés Conchita Martínez en 1992 y 1996, sí lo hizo la catalana, a sus 23 años y viviendo la temporada grande tras tiempos convulsos de depresión. Lloró de alegría y satisfacción, tras tenderse en el suelo. Vencedora del WTA 250 sobre tierra de Belgrado, derrrotó por 7-6 (5), 2-6 y 7-6 (2) en 3h.04’ a Victoria Azarenka, una doble campeona del evento, de Grand Slam. En una final de excelente nivel, imborrable anímica y deportivamente.
Se vio a dos puntos del KO la de Begur, con 5-4 y 3-0 Azarenka, pero resistió y aprovechó la oportunidad que acabó concediendo la adversaria, que no fue capaz de sellar un éxito que correspondió a Badosa, ahora cerca del top-10 mundial (undécima desde el puesto 27), debutando en el top-20. Y muy cerca de sacar billete para disputar las WTA Finals de Guadalajara, que reunirá a las ocho mejores del curso del 10 al 17 de noviembre. Provisionalmente, la octava posición es suya.
El primer set definió la batalla que vendría. Juegos maratonianos, ritmo alto e intenso. Setenta y ocho minutos de pleno desgaste físico y mental. Lo ganó Badosa, a la tercera tentativa. No remató con 4-3 y servicio, tampoco con 6-5 y saque. Se vio abocada a un ‘tiebreak’ que dominó 4-0, pero que vio igualado (5-5). Un tira y afloja continuo, que rompió la catalana con un excelente revés que adornó un tenis espectacular. Puro de final, con alternativas y mucha calidad.
Tal fue la subida de adrenalina, que la más inexperta, Badosa, lo pagó con unos instantes de desconexión. No fue euforia por adelantarse en el marcador, sino la necesidad de parar un momento, respirar. Resultó una temeridad frente a una veterana y combativa Azarenka, que mordió más que nunca intuyendo el bajón de la rival. En un tris, 3-0. Intentó recuperar la de Begur, pero Vika no la soltó. Fue un torbellino además parco en errores, únicamente dos.
Como un buen ‘thriller’, suspense hasta el último suspiro. A un tercer set si pronóstico posible, ya que Badosa se reactivó enseguida, llevando la contienda al terreno de la manga inicial. A una batalla continua, de más resto que saque, sin permiso para la bola corta. Un ataque y contragolpe avasallador. Una y otra enseñando clase y también mucho corazón.
Dos guerreras persiguiendo sin desmayo la presa, una corona de prestigio. La joven que se está asentando en la élite, porque lo pasó muy mal tiempo atrás con una depresión y ha encontrado el camino para disfrutar. Ambición máxima. La experimentada, deseando recobrar su esplendor tras doce meses de sequía y perder relieve en el ranking que un día dominara.
Un cóctel que invitaba a la agonía indispensable en cualquier gran evento deportivo. El colofón tuvo mucho tenis, pero también su drama. Potente. Badosa no se disparó con 2-0 y 40-15, porque siempre hallaba una ranura para regresar Azarenka, que vivió un juego de pánico cuando sirvió con 5-4 para ‘match’. A partir del 30-0, el vértigo de cerrar, cuatro errores para insuflar vida a la española (5-5) aun acumulando 11 dobles faltas. Un rasguño en la guerra.
Más cuando acaba viviendo un día de gloria, que certificó en el ‘tiebreak’. Badosa se consagró entre las grandes dominando la resolución ●