Paula Badosa sube otro escalón
→ La campeona del WTA de Sydney firma ya su mejor Open de Australia al acceder a la tercera ronda, contra su amiga ucraniana Marta Kostyuk
→ Paula Badosa, 24 años y nº 6 mundial, continúa su ascenso a ritmo vertiginoso. Ayer dio un nuevo paso alcanzando por vez primera la tercera ronda del Open de Australia. “Para mí significa mucho. Es un sueño hecho realidad, aunque en España parece poco por todo lo que ha ganado Rafa (Nadal)”.
El resultado guarda elementos de mucho valor: está respondiendo en el Grand Slam, hace doce meses estaba encerrada en una habitación de Melbourne pasando el covid y conserva la racha positiva, de los últimos meses y la de este comienzo de temporada. Son ocho encuentros consecutivos dominados por la campeona del WTA 500 de Sydney. A uno de su serie exitosa más larga, repartida entre el título del WTA 1000 de Indian Wells y su estreno en las WTA Finals de Guadalajara.
Lució un vendaje en el muslo derecho, para mitigar los efectos de los esfuerzos continuados. Aunque nada más reparador que romper otra barrera en hora y once minutos, apabullando amartina Trevisan, 28 años y 111 del mundo, por 6-0 y 6-3. La catalana se abrazó a la italiana a la conclusión. Una muestra de afecto y solidaridad. Badosa conoce como experiencia vital las consecuencias nocivas de las expectativas creadas que no se cumplen, por excesivas a la auténtica realidad o dado que precisan un proceso de madurez. Y el deporte no sabe de esperas.
La de Begur aprendió a controlar los miedos, la depresión. Sigue alerta, pero ya disfruta del don y la pasión para y por el tenis. Trevisan brilló de júnior, acabó precisando de un internamiento clínico para atajar la anorexia que enseñó su delicado estado mental. Cada partido ahora es un premio.
La próxima rival de Badosa y verdugo de Sara Sorribes, la ucraniana Marta Kostyuk, también se vio atenazada por la presión inherente a la niña prodigio. Con 15 años pasó la previa del Open de Australia 2019, a
la que accedió como campeona júnior de 2018, y se plantó en tercera ronda. Las miradas se concentraron en ella, sufrió más que disfrutó. Confiesa que se liberó al cumplir los 18, la frontera en la que se sintió dueña de su destino. Entrenada por su madre Tatiana, ex profesional pero fuera del top-300, ocupa la plaza 66ª a sus 19 años. Va para arriba. Lo sabe bien Paula, compartieron muchos entrenamientos y confidencias en las cita ITF. Son amigas.
Ya se enfrentaron en este torneo, en la fase previa de 2019, con 7-6 (6) y 6-3 de la española ●