El Nápoles irá con fe al Camp Nou pero sin liderato
→ No logró arrebatar la cabeza de la Serie A al Inter, pero sí jugó una gran primera parte y tuvo más ocasiones
→ El Nápoles falló en su intento de asaltar el liderato de la Serie A en un pulso directo en el Estadio Diego Armando Maradona que acabó 1-1 ante el Inter de Milán, pero ofreció una buena imagen, especialmente en la primera parte, que le anima de cara a la visita al Camp Nou. Se queda a un punto de su rival, aunque podrían ser cuatro virtuales al haber jugado un partido más. El Barça le espera el jueves a las 18.45 h. en la ida de la eliminatoria de playoff de acceso a la Europa League.
Arrancó con más determinación el Nápoles que el Inter. Necesitaba la victoria para adelantar a su rival en la tabla y presionó con orden y agresividad arriba y pisando área con combinaciones rápidas y rupturas al espacio de sus delanteros. Así, en un ataque colectivo que acabó con Osimhen por los suelos y un disparo de Di Lorenzo que pasó muy cerca del poste, el árbitro, Daniele Doveri, fue advertido por el VAR de que la caída del nigeriano podía deberse a un pisotón de De Vrij, que llegó tarde al despeje. Lo confirmó en el monitor e Insigne batió de penalti a Handanovic con calidad.
Marcar el 1-0 en el 7’ dio alas al equipo de Luciano Spalletti, muy superior en la siguiente media hora, con transiciones vertiginosas lideradas por un Osimhen inspirado y muy potente físicamente. Dos disparos suyos, uno con la derecha al lateral de la red y otro con la izquierda que pasó cerca del larguero, inquietaron al Inter, aunque el susto mayor se lo dio Zielinski con una rosca con la zurda al poste.
La lesión de Politano, cambiado por Elmas y duda ante el Barça, no afectó a un Nápoles lanzado e Insigne acarició el doblete con un remate acrobático tras fallo defensivo de Skriniar. El Inter sólo dio señales de vida con un cabezazo de Dzeko muy centrado en el 35’ que, eso sí, dio paso a unos últimos minutos de la primera parte en los que el Nápoles cambió de piel y se dedicó a tocar sin arriesgar, durmiendo el partido hasta el descanso. Quedó la sensación de que lo tenía bajo control.
Dzeko empata el gol de Insigne
Todo cambió en la primera jugada de la segunda parte. Dzeko fue el más listo en el 47’ al cazar un balón muerto en boca de gol y rematar con potencia y poco ángulo para establecer el 1-1. Se aprovechó de un rebote en Di Lorenzo tras cabezazo suyo.
Mandó el Inter en la segunda parte, más ordenado, pero el Nápoles contragolpeó con más peligro. Brozovic y Barella se hicieron un lío, Osimhen robó y disparó con potencia y colocación, pero Handanovic evitó el 2-1 con el pie. El portero también fue providencial en un remate a bocajarro de Elmas en el 68’.
Los últimos 20 minutos fueron muy extraños, con una especie de pacto de no agresión entre los dos equipos, que tuvieron más miedo a la derrota que ambición para buscar el gol de la victoria. El Inter se sintió cómodo con el balón, sabiendo que mantenía el liderato, y el Nápoles, quizás con menos físico, se refugió en su parcela, dando por bueno seguir cerca de la cabeza ●