Mundo Deportivo

LUUK SALVA AL BARÇA

→ El delantero igualó en el 96’ un apasionant­e derbi que el Espanyol ya celebraba → Darder y De Tomás remontaron el gol de Pedri en un pulso con alternativ­as y rojas

- Javier Gascón

→ Derbi de los viejos tiempos, con aroma a Sarrià pero en el RCDE Stadium, de aquellos tensos y polémicos, apasionant­es más que bellos, con tantas alternativ­as en el juego y en el marcador que el Barça se sintió mejor y ganador durante muchos minutos antes de que el Espanyol se viera fuerte y triunfador en la fase final, cuando Luuk de Jong lo equilibró todo con un cabezazo milagroso para el Barça en el 96’. El 2-2 no dejó contento a nadie en sus respectiva­s luchas por una plaza de Champions League, en el caso visitante, y por la tranquilid­ad, en el local, pero quizás hizo justicia.

Xavi Hernández intentó tocar lo menos posible lo que funcionó de maravilla siete días antes en la victoria ante el Atlético (4-2), pero no pudo repetir la alineación por culpa de la sanción de dos partidos del expulsado Dani Alves. Sobre su sustituto había interrogan­tes porque la labor del brasileño contra el equipo colchonero fue más de mediocentr­o, con balón, que de lateral. Finalmente eligió a un recambio natural como ‘2’, Sergiño Dest, poco adaptable al pivote. Quedó la duda de si habría alguna sorpresa táctica para buscar esa superiorid­ad en la media luego comprobada: se añoró a Alves. Vicente Moreno también jugó sus cartas devolviend­o a la titularida­d a Yangel Herrera tras su lesión y manteniend­o a Vilhena tras su buen encuentro en Bilbao. Una apuesta física.

Sin tiempo para descubrir si en los dibujos había trucos de los técnicos, el Barça ya ganaba 0-1. Un gran cambio de juego de Piqué a Adama y la internada sin éxito del extremo descolocar­on a la defensa del Espanyol, blanda y lenta en el centro posterior de Alba que remató Pedri sin oposición para lograr el 0-1 en el minuto 2.

Era pronto para saber si había sido una acción aislada o una señal de superiorid­ad culé. Raúl de Tomás intentó liderar la reacción blanquiazu­l y un disparo suyo en una contra llevada por él se marchó fuera después de que Araujo taponara el tiro de Pedrosa. El Espanyol no acababa de ser agresivo en la presión alta, pero tampoco se encerraba en su parcela y saltaba al centro del campo para forzar una pérdida en la zona de creación del Barça. Busquets y compañía intentaron no caer en la trampa asumiendo los mínimos riesgos posibles, sin Dest atreviéndo­se a hacer de Alves dando un paso al frente. La consecuenc­ia: juego poco vistoso por ambos equipos y abuso del desplazami­ento largo de los centrales a las bandas buscando a Adama y Alba. Incluso hubo algunos pelotazos defensivos al cielo de Cornellà, o quizás de El Prat, que por ahí arriba las fronteras se confunde, pero se trataba de no hacer regalos absurdos y el 0-1 lo justificab­a.

Curiosamen­te, el Espanyol, sin poder robar arriba, estaba más incómodo todavía y se libró del 0-2 en el 36’ gracias a Diego López, que hizo una gran parada al remate a bocajarro de Adama, que había controlado con el pecho un gran centro de un Gavi extraordin­ario. La misma jugada acabó con un cabezazo alto de Torres por poco tras servicio de Alba.

Perdonó el Barça y se cumplió una máxima del fútbol: lo pagó al instante. Raúl de Tomás sacó petróleo de una acción con poco futuro con un gran control en el vértice del área grande, cedió a Darder y su disparo colocado desde la frontal entró tras rozar lo justo en Pedri para que Ter Stegen no llegara.

El equipo de Xavi fue más ambicioso y decidido desde el 1-1 en el 40’ hasta el descanso que en toda la primera parte. Puso cerco al área blanquiazu­l con todos los jugadores en campo contrario, pero las internadas de Adama y Gavi no pudieron ser aprovechad­as por Torres en remates forzados.

Quedó la sensación pese al 1-1 que a poco que el Barça apretara o estuviera más acertado en la definición se haría con el partido, ya con Eric en la segunda parte por el lesionado Araujo, pero se llevó un golpe con el gol que el VAR anuló a Gavi por un fuera de juego previo de Frenkie de Jong en el 56’. Se celebró tanto que afectó por lo inesperado de su invalidaci­ón.

Entró Aubameyang por Frenkie de Jong y se colocó de ‘9’, con Torres por la izquierda y Gavi en la media, pero, sin que el equipo azulgrana asimilara el retoque táctico, llegó el 2-1. No midió bien Eric un pase de Darder y De Tomás, enorme, no perdonó en el mano a mano con Ter Stegen en el 64’.

El Espanyol lo había pasado mal, pero se encontró con el partido que quería por constancia y actitud. Al Barça le entraron las prisas y los nervios, tanto que Xavi se la jugó dando entrada al indultado Dembélé. Parecía que el partido moría con las rojas de Piqué y Melamed y con un puñado de centros infructuos­os del francés buscando las cabezas de Aubameyang y Luuk de Jong, recurso de urgencia final. Pero fue Adama el que la puso bien y el ariete de Países Bajos remató para empatar en el 96’ ●

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FOTO: EFE De Tomás, a lo Haaland Así festejó el pasajero 2-1 local

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