Buen rumbo aunque se asoma marejada
Parece que ya le tenemos el pie en el cuello a esta pandemia que tanto nos ha asustado, hecho daño y causado problemas de todo tipo. Sin olvidarnos de nada, miremos hacia adelante.
Nuestro Barça parece tener brotes verdes. Venimos de una situación deportiva muy delicada que intentó arreglarse con fichajes que, respetando al futbolista, no se habrían realizado si la capacidad económica del club hubiera sido otra (Dest, Luuk de Jong y Memphis). La cosa funcionó muy irregularmente y explotó en Vallecas, causando la destitución de Koeman .Enel último periodo de fichajes se han incorporado Ferran, Adama, Alves y Aubameyang. Se puede decir que el listón del nivel técnico y potencial de la plantilla ha subido un peldaño o dos. Si somos optimistas, podemos decir que vamos por el buen camino. Y esperemos que así sea porque cerca de 80.000 culés estuvieron en el Camp Nou en el último partido. Es decir, la afición no afloja.
Paralelamente, esta semana se ha producido un hecho insólito y negativo como ha sido la dimisión de lo que siempre se había llamado director general, ahora CEO, Ferran Reverter. Este diario informaba esta misma semana de que José Elías, presidente de Audax y avalista importante en la noche del notario, también se bajaba del barco aunque él tiene helicópteros, en este caso, de la comisión del Espai Barça. Se rumorea que su mano derecha, el vicepresidente económico Eduard Romeu, puede tomar la misma decisión al final de temporada. Todo esto después de bajarse del buque Jaume Giró, hombre fuerte en la campaña electoral y ahora el responsable de la economía del Govern catalán. Sin conocer los detalles, que seguro que serán varios y de diferente índole, es preocupante que con la situación económica actual del club se nos vayan personas muy expertas en el contante y sonante. Más con las perspectiva de tener que iniciarse las obras del Espai Barça, que van a ser en cuanto a coste faraónicas y que van a estar varias temporadas en curso, con lo que va a producir momentos de tensión y de malestar que es necesario frenar. Es casi imposible que el Barça viva en la tranquilidad, no ha pasado casi nunca. Sin embargo, la situación económica no admite vacilaciones que crean inseguridad y falta de confianza y por ello, el presidente y su círculo de confianza deben analizar con tranquilidad y profundidad la situación y dar un paso hacia, sobre todo, la seguridad de conducción. No es bueno para nadie, en especial para la directiva, que se vayan desgajando sus miembros. Espero y deseo que le pongan rápida solución