“MI PIE NO PUEDE SEGUIR ASÍ”
Rafa Nadal se ha levantado cojeando después de dormir como campeón de 14 títulos de Roland Garros. Pocas horas de reposo, pero el tenista más laureado de la historia, 22 Grand Slams, sonríe y analiza ameno sus sensaciones del día después, tras un torneo que ha aguantado por las inyecciones de anestesia en el pie izquierdo, en el que se someterá a un tratamiento nuevo esta semana. Atiende a los enviados especiales de los medios de comunicación españoles. Afable y directo. ¿Cómo se siente físicamente tras tanto esfuerzo?
Bien, estoy bien, al final físicamente la verdad es que estoy muy bien. No te voy a engañar, he estado muy bien las dos semanas. A veces cuando juegas partidos largos, tienes agujetas, pero sorprendentemente, y prácticamente con un nulo entrenamiento que he tenido previo a este torneo, he jugado partidos de más de 4 horas, contra Felix (Augeraliassime), contra Novak (Djokovic), con Zverev llevábamos tres horas, pero las mañanas siguientes a nivel corporal me levantaba bien. A estas alturas de mi carrera y mi edad, sorprendentemente me encontraba bien físicamente. ¿Ha sido una noche más, normal?
No, porque me dolía el pie. Es así. Cuando se me despierta y después de dos semanas y media tomando muchísimos antiinflamatorios, analgésicos, prácticamente cada seis horas, porque no quedaba otra opción. No puedo tomarlo ‘in eternum’, y hoy está complicado el tema. ¿Cuánto dura la anestesia?
Depende, no es matemático, pero dura unas siete u ocho horitas.
¿Y cómo se juega con el pie dormido? ¿Se entrena?
Hay que tener una cosa clara. Para que nos entendamos, que luego es fácil especular. Me hacen un bloqueo a distancia de los nervios sensitivos. Si te duermen el motor, no puedes mover el pie. Después de alguna operación para quitar dolor no puedes, es imposible, el pie se te queda sin control alguno. A mí me duermen el nervio sensitivo. Y no es matemático tampoco. Hay días que se te duerme un poco más hacia abajo. En la final se me durmieron los dedos también. La sensación era peor, es una realidad. Pero sigues al menos el tobillo, tienes el control: menos que si no lo tienes dormido, pero de alguna manera lo sigues controlando lo necesario para poder competir. ¿Con el pie sin sensibilidad juega de memoria, por automatismos?
Tienes el control del pie, lo que pasa es que no tienes ninguna sensibilidad. Y podría haber un poco más de riesgo a la hora de doblarte el tobillo y estas cosas. Pero por lo demás, os aseguro, estar jugando con el pie dormido o no con el pie dormido, da igual si no hay sensibilidad. Paso de ir cojo a jugar sin dolor, esta es una realidad desgraciadamente. Y, aunque no se puede alargar en el tiempo, al menos, al final, hay que ser realistas: soy capaz de ganar el torneo porque puedo moverme y puedo
correr. ¿Con una mentalidad positiva?
Sabía que los partidos los iba a poder jugar, porque con el pie dormido se puede jugar, pero tener la capacidad de poner todo esto a un lado y ser capaz de centrarme en el tenis y jugar al nivel que lo he hecho, todo eso quiere decir que mentalmente he estado totalmente preparado para asumir el reto. ¿Hoy podría salir con el barco a pescar o bañarse sin dolor? ¿Quizás mañana?
Mañana, sin dolor, no. Por ejemplo, el año pasado terminé Roland Garros, y hay que ser realistas, estuve dos semanas y media cojo. Cuando salí del partido con Novak Djokovic, en el cuarto set ya fue un desastre.
Después no podía ni bajar escaleras durante dos semanas y media. Pero al final, cuando dejas de jugar un tiempo, las primeras semanas son malas. Pero después, cuando dejo de jugar al tenis durante mes y medio, en mi vida diaria no es un problema. Llega un momento dado que me deja de doler. Me molesta, pero no es un dolor como el que siento cuando estoy entrenando. ¿Enseñaría el pie? ¿Asusta?
Si no lo grabáis os lo enseño después sin problemas (ríe). Os lo enseño encantado. Bueno, no os gustaría. Pero os lo puedo mostrar sin problemas. ¿Confía en el nuevo tratamiento?
Si no fuéramos optimistas no lo haríamos, pero no se sabe. El objetivo es claro: es hacer una radiofrecuencia pulsátil en el nervio para intentar conseguir la sensación que tengo cuando juego con el pie dormido que es mantenerla de una manera permanente. Con eso, si funciona, se va a quitar un poco la sensibilidad de la parte de encima del pie, pero también si se consigue hay una cosa buena: con los bloqueos a distancia se ha demostrado que puedo jugar. Si se consigue que este tratamiento funcione y dejarme el nervio tocado y que me quite esa sensación de dolor de manera permanente, no se soluciona el problema, pero sí se soluciona el poder seguir jugando, que es el objetivo ahora mismo. Y vamos a ver qué sucede. Yo me acostumbro a ir paso a paso. Y si haces las cosas, intentar hacerlo pensando que las cosas van a ir bien, después veremos.
¿Tiene miedo a algo? ¿A esos pinchazos?
Duele, no te voy a engañar. El pinchazo duele lo que duele que te pinchen con una aguja. Dependiendo del sitio duele más o duele menos. Te diría que evidentemente es soportable porque, si no, no lo hubiéramos hecho, pero hacer esto veinte minutos antes de salir a la pista cada día, pues agradable no es. Los pinchazos ya no me dan ningún miedo. Desgraciadamente he hecho pinchazos para aburrir. Estoy acostumbrado, tengo confianza en la gente que tengo al lado. En ese sentido tengo un buen equipo al lado, ya no solo deportivo, sino también médico. Durante mi carrera hemos tomado la mayoría de las veces decisiones adecuadas y algunas veces nos hemos equivocado. Es lo que hay.