Mundo Deportivo

La raqueta, el secreto mejor guardado

→ Rafa cambió a una antigua dos días antes del torneo

- Ángel Rigueira

→ Rafa Nadal ganó su decimocuar­to Roland Garros, el vigésimo segundo Grand Slam. Derrotó en la final al noruego Casper Ruud por 6-3, 6-3 y 6-0. Y, como prometió, reveló que había controlado el dolor en el pie izquierdo con las inyeccione­s de anestesia previas a cada partido y que después del torneo se sometería a un nuevo tratamient­o consistent­e en inyeccione­s de radiofrecu­encia pulsátil para inhibir el nervio sensitivo.

El tenista balear, 36 años, tenía otro secreto guardado, que puso al descubiert­o una vez concluida la competició­n. Utilizó una raqueta antigua, que recuperó sólo para Roland Garros.

“Hice algo fuera de lo común. Cambié a la raqueta antigua dos días antes de empezar este torneo para jugar en tierra. Ahora voy a volver a la otra, a la nueva, si consigo jugar en hierba o en dura. En Madrid y Roma jugué con la de Australia pero sentía que no tenía el control suficiente para jugar en esta superficie. Dos días ante de empezar este torneo, cambié. Gracias a Babolat, que hizo el esfuerzo de prepararme las raquetas en una tarde y me las trajeron. Y a partir de ahí mis sensacione­s de control mejoraron”, afirmó el de Manacor el día después de ganar su 14ª final en Roland Garros.

Más plomo al inicio de 2022

A principio de temporada ya había hecho modificaci­ones en su herramient­a principal. “Este año cambié el peso de mi raqueta y el cordaje. Estaba jugando con 1.35 y ahora juego con 1.30. Puse más plomo en la cabeza para conseguir un poquito más de potencia”, explicó Nadal ●

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Getty el ‘arma’ secreta Utilizó una raqueta antigua, que recuperó sólo para Roland garrosfoto:

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