El ascenso pasa por afinar la puntería
→ Los de Míchel jugaron un gran partido en Montilivi, pero deberán ver portería y ganar en el Heliodoro para regresar a Primera
→ El Girona de Míchel está a 90 minutos, o quién sabe si a 120 en el caso de prórroga, de poder estar el año que viene en Primera División y el próximo domingo en Tenerife deberá tener el acierto que no tuvo en Montilivi para poder conseguir el ansiado ascenso de categoría.
Puede parecer sorprendente cómo dos planes y estilos tan opuestos pueden tener lugar en una final del ‘playoff’ a Primera División. Era algo que se podía esperar, pero el encuentro que jugaron Girona y Tenerife en Montilivi fue el fiel reflejo de lo que han sido ambos conjuntos a lo largo de la temporada y la más pura muestra de lo que son los dos estilos de cada entrenador.
El Girona propuso, lo intentó y fue quien dominó el balón a lo largo de todo el partido. El equipo de Míchel tuvo el 70% de la posesión del balón y remató 16 veces, tres de ellas a puerta, por solo tres del Tenerife, que tan solo disparó entre los tres palos en una ocasión y desde lejos. Sin embargo, ni Baena ni Stuani pudieron perforar la portería de Soriano.
A Ramis su plan de partido le funcionó y el Tenerife es ahora mismo el favorito para ascender, puesto que le vale ganar, pero también empatar.
Pese a la ventaja que le da el resultado y el jugar la vuelta fuera de casa, Míchel y el Girona confían plenamente en sus opciones. El equipo catalán ya remontó en las semifinales ante el Eibar y pese a que un empate le llevaría a la prórroga, los catalanes deberán ganar sí o sí al final de una hipotética prórroga ya que en caso de empatar en el tiempo extra sería el Tenerife quien ascendería por haber quedado por delante en la clasificación de la liga regular.
Control del partido mediante el balón, presión alta en campo contraria o neutralizar los recursos ofensivos del Tenerife son algunas de las muchas cosas que hizo bien el Girona en Montilivi para minimizar a un rival que se defendió como nunca. El propio Míchel reconoció después del partido que el único ‘pero’ que podía poner al partido de los suyos es la falta de acierto a partir de tres cuartos de campo, la asignatura que deberá aprobar el equipo gerundense si quiere estar en Primera División.
El Girona sabe bien lo que es ser el favorito y acabar perdiendo la eliminatoria en casa. Los dos últimos años, el equipo catalán llegó a la vuelta con algo de ventaja y con el factor campo, pero acabó perdiendo en los dos. Hace dos campañas el Elche empató 0-0 con el Girona en la ida, al igual que el sábado, y le valió un gol en el descuento de la vuelta para ascender. La temporada pasada todavía era más complicado para el Rayo, que vino a Montilivi después de perder 1-2 y que debía ganar por una diferencia de dos goles si quería ascender, y así fue (0-2) ●
Los rojiblancos remataron 16 veces (3 a puerta), pero no marcaron ante el Tenerife