Honor para el Alba, dolor para el Dépor
→ el albacete celebró el petardazo del fin de semana tras ascender tumbando al deportivo en un riazor repleto
→ Fue el petardazo del fin de semana y uno de los más sonados de la temporada. Desde que comenzara el curso en Primera RFEF no había quien no apostara por el Deportivo de La Coruña como candidato número uno al ascenso a Segunda División. Falló en su primer intento pese a dominar su grupo en el primer tramo del campeonato en favor del Racing de Santander, pero lo tuvo más a su favor cuando Riazor fue escogida como sede para disputar el playoff. Cayó el Linares en semifinales (4-0) y parecía que el Albacete correría la misma suerte ante más de 27.000 enfervorizados seguidores y una ciudad entera volcada.
No empezó mal la cosa para los gallegos con el tanto de Mario Sobrino a los 26 minutos, pero afloraron las dudas con el empate de Alberto Jiménez en el 83 que enviaba el duelo a la prórroga. A cinco minutos del final del tiempo extra Jordi Sánchez consumaba el sopresón y devolvía al Alba al fútbol profesional.
Un premio casi inesperado para un conjunto que, al igual que sus rivales el sábado, fue líder de su grupo para ir cayendo en el último tramo de la temporada y terminar tercero tras el Andorra, que subió como primero, y el Villarreal B, que también alcanzó la gloria al tumbar al Nàstic de Tarragona (2-0) y ser el cuarto en ascender a la categoría de plata.
Lo celebró Albacete hasta altas horas mientras la depresión se extendía en el entorno de un Deportivo para el que de nuevo Riazor fue maldito, como en aquellos duelos ante el Valencia que le costaron una Liga (1994) y un descenso (2011). Honor para el Alba, dolor para el Dépor ●
El drama coruñés trajo a la memoria la Liga perdida de 1994 y el descenso del 2011