El hermano mayor de La Masia
→ Gavi es un espejo en la residencia, donde dejó de vivir hace un mes pero mantiene su habitación asignada
→ Pablo Paéz Gavira, Gavi, es un referente para todos los chavales de La Masia. Hasta hace cuatro días vivía aún en la residencia azulgrana. De hecho, mantiene su habitación asignada porque empezó este curso como uno de los residentes, ya que cuando empezó la temporada aún tenía 17 años. Residente y jugador del primer equipo, un espejo para todos con el que compartían casa.
Ahora, ya con 18 desde el pasado 5 de agosto, vive en una casa que se ha comprado en una localidad próxima a la Ciutat Esportiva Joan Gamper junto a su padre, pero mantiene el vínculo con la residencia. Siempre que puede pasa a comer y a saludar al resto de chicos, que lo consideran un hermano mayor. Además, allí también tiene a sus principales amigos de su generación. Cristo, Antonio Martín Reina, Nono, Biel Vicens o Ander, entre otros.
Fuentes del club explican que el equipo educativo está especialmente contento con el papel que ha jugado el canterano desde que llegó al primer equipo. A cualquier otro se le hubiera subido a la cabeza más de la cuenta, pero Gavi ha intentado mantener con éxito los pies en el suelo, sin ínfulas de grandeza. Especialmente este año le ven mucho más maduro, pausado y, como siempre, focalizado en lo que más le gusta, el fútbol.
Es un chaval que siempre haintentadoapoyaralosmás pequeños en La Masia porque sabe perfectamente qué significa irse lejos de casas y de los suyos para intentar cumplir el sueño de ser futbolista del Barça. Les ha ayudado en todo y en alguna ocasión incluso le han tenido que frenar por generoso con los chicos, para que no se aprovecharan de él. Es de los que no niega un abrazo cuando pasan por malos momentos y siempre ha tenido buenos detalles con los chavales.
A sus 18 años, Gavi aún no tiene el carnet de conducir, algo que tiene en mente pero el calendario se lo está poniendo complicado. Y es que ahora tiene otras preocupaciones y prioridades mucho más importantes: ganar títulos con el Barça y el Mundial, otro gran aliciente ●
Los educadores lo ven muy maduro, más pausado y que sigue focalizado en el fútbol
pasa a comer, a estar con sus amigos y continúa pendiente de los más pequeños