El derbi de Vinicius en pantalla
Sorprendió la tibieza de Carlos Martínez a la hora de señalar cánticos racistas
Antes del derbi madrileño, algunos programas se encargaron de calentar el partido regodeándose en los posibles bailes de celebración de vinicius. Efectivamente, con el primer gol de Rodrygo, las expectativas creadas no fallaron y Vinicius se sumó al baile de su compañero. “Ha habido algún tipo de cántico inapropiado racista” apuntó Carlos martínez cuando confirmó el dato. Con el segundo gol del Real Madrid, realización ya estaba esperando que Vinicius volviera a bailar. El tanto lo marcó valverde y realización seguía con mucha más atención al brasileño que al responsable del gol.
En el minuto 78, con el 0 a 2 en el marcador, llegó el intento de lambretta de Vinicius. Carlos Martínez se limitó a apuntar sobre la jugada “que no es del agrado del público”. Segundos después, el espectador podía apreciar perfectamente los cánticos inequívocamente racistas que desde la grada se dedicaban al jugador. La reacción del público era tan masiva que incluso el árbitro podría haber parado el partido. Pero aún desconcertó más la escuálida reacción de Martínez: “Los gritos le llegan a Vinicius desde la grada”. Y punto. Entendió perfectamente que el brasileño era el destinatario del insulto que se estaba coreando, pero no mereció ninguna valoración contundente. Es más, con la repetición en pantalla de la fallida lambretta, Carlos Martínez insistió: “No salió y se ganó la enemistad de la grada”. Esta vez los lamentables cánticos eran evidentes desde el sofá de casa. Resultó decepcionante la poca vehemencia del periodista en la crítica. Sobre todo, teniendo en cuenta que durante la primera parte sí se pronunció sobre lo inapropiada que era esta situación. Los actos racistas en los estadios merecen una condena rotunda e inmediata por parte de los responsables del partido, los propios jugadores y, por supuesto, los narradores y comentaristas.
Otra cosa es que, bajo el nuevo control informativo de la santa inquisición liguera, que el narrador denuncie cánticos racistas en la grada se considere un elemento que ‘afea la competición’ y rompa los códigos impuestos. Quizá ahora se obligue a una discreción que no solo atentaria contra el derecho a la información sino contra el deber moral de denunciar el racismo, siempre y sin excepción ●