El descomunal éxito de Scariolo y el doping de Estado
Nadie daba un duro por España en el Eurobasket y la selección de Scariolo ganó el título de una manera brillante. En la final, España se pulió a Francia a base de triples y de una defensa extraordinaria. El base Lorenzo Brown ha sido el líder en la pista que ha marcado las diferencias, los hermanos Hernangómez han mostrado su mejor versión, Alberto Díaz y Jaime Fernández jugaron como nunca y Rudy Fernández recobró la regularidad que le faltó en el Madrid en la última temporada. En la final, a pie de pista, estaba Pedro Sánchez. El mismo aficionado al baloncesto que, en 2011, se mojó en Twitter contra el seleccionador: “Espero que ganemos a Lituania aunque reconozco que no soy fan de Scariolo y ahí es donde fallamos: en el entrenador”. Ya como presidente del Gobierno, han cambiado mucho las cosas. Hasta el punto que el Estado ha sido responsable o cómplice, según como se mire, de esta victoria. Lorenzo Brown ni habla castellano, ni ha jugado nunca en España y se le nacionalizó español por Real Decreto firmado por el Rey Felipe a petición de la Ministra de Justicia el pasado 27 de junio. Sin Ricky , ni Alocén , ni Llull -lesionados-, Scariolo necesitaba un base y apostó por el jugador que conocía de su etapa en Toronto. Y le dieron pasaporte español por carta de naturaleza. Incluso el capitán Rudy criticó esa nacionalización exprés. Ahora todo es una fiesta. Garuba incluso canta que “Lorenzo es de Albacete”. Podemos hacer mucha broma, pero la línea entre el doping de Estado y la trampa es muy delgada. España, poniéndose la ética por montera, ha sentado un peligroso precedente ●*