Sin queja y que siga así

El Barça tiene ante sí una temporada apasionante en la que el equipo de Xavi está dando muestras de que puede aspirar sin problemas a los títulos domésticos (Liga, Copa y Supercopa de España) y de que ha dado un salto de calidad con el que, en la Champions, se puede soñar con llegar lejos si se minimizan los despistes defensivos. Pero además de desarrollar un buen juego y de mejorar la eficacia en las áreas, es necesario para que el proyecto se consolide que haya buen ambiente en la caseta. De momento lo hay y ese es el gran reto: que las situaciones personales, algunas complejas, queden relegadas a un segundo plano en beneficio del grupo.

CUENTAN VOCES AUTORIZADAS

ycon autoridad en el equipo que, por ahora, de los capitanes no hay queja. Busquets, hombre de confianza de Xavi, no es problemático. Sergi Roberto, que renovó porque el técnico apostó por su continuidad, tampoco. El morbo llega con Piqué y Alba, dos ‘pesos pesados’ ahora suplentes habituales y que, pese a saber que no contarían tanto como antaño, decidieron seguir. Sobre ellos están todos los focos y las cámaras. Pues esas voces antes citadas apuntan que aunque no es fácil para ambos llevar su ostracismo, están entrenando bien, no han generado conflictos y están apoyando a los jóvenes y a los fichajes. Alba no está contento, obvio, y a Piqué se le ve triste y apagado, pero por ahora Xavi y su staff no tienen queja.

SI ACTÚAN CON INTELIGENCIA EMOCIONAL,

y de tontos no tienen un pelo, así deben seguir. Llegan muchos partidos seguidos y serán necesarios. Todo ello con un Mundial a la vuelta de la esquina, con el equipo jugándose la vida en la Champions y con un Madrid que no afloja en Liga. Y si el club quiere abordar su situación con ellos, siempre mejor que lo haga de cara. Si este año ambos cobran más es porque el pasado difirieron salario para ayudar a inscribir a otros. Y ellos, sigan o no la temporada que viene, que piensen que si se van con algún título más, mejor para su palmarés. Y, sobre todo, si reman a favor dejarán esa imagen para siempre, como en su día hicieron Puyol, Xavi e Iniesta, ya leyendas para los culés ●