Mundo Deportivo

El muro del minuto, un siglo después

Este verano se ha cumplido un siglo de una de las gestas más emblemátic­as del deporte: Johnny Weissmulle­r, antes de ser Tarzán, fue el primer nadador en cubrir los 100 libre en menos de un minuto

- Joan Justribó

Tan importante para la historia del deporte como lo fue en su día Jim Hines por rebajar la barrera de los 10 segundos en los 100 metros o Roger Bannister por demostrar que se podía correr la milla en menos de cuatro minutos, Johnny Weissmulle­r está instalado en la memoria popular como el deportista-actor más famoso de todos los tiempos. Fallecido hace ya 38 años, Weissmulle­r no era solo el Tarzán de la gran pantalla por antonomasi­a, sino también el nadador que rompió una barrera descomunal, la del minuto en los 100 metros libre, un hito que este verano ha cumplido cien años.

Hijo de emigrantes de Timisoara (hoy Rumanía, entonces Imperio Austrohúng­aro) que viajaron a EE.UU. en barco en 1905, cuando Johnny tenía solo siete meses de vida, Weissmulle­r aprendió a nadar en el Lago Michigan, donde descubrió su amor por la natación. Era un crío, 18 años, cuando rompió uno de los récords más famosos de la historia del deporte. Lo hizo en Alameda, California, antes de deslumbrar en los Juegos Olímpicos de París 1924 y en los de Amsterdan 1928, en los que encadenó cinco medallas de oro y un bronce. El 8 de julio de 1922 destrozó el récord mundial de 100 libre con una marca de 58”6, mejorando en más de un segundo el anterior tope del hawaiano Duke Kahanamoku. A lo largo de su carrera, Weissmulle­r dejaría el récord aún más caro (57”4 en 1924), acumulando 52 títulos nacionales y 62 récords mundiales de natación. Jamás perdió una competició­n hasta su retirada de las piscinas, que coincidió con su salto a Hollywood. El récord actual de los 100 libre, en poder del rumano David Popovici, está en 46”86.

La Metro-goldwyn-mayer buscaba en 1929 un físico a la altura del personaje de Tarzán, y la popularida­d y el porte físico (1,90 de estatura) de Weissmulle­r le hicieron candidato al instante. Firmó un contrato en exclusivid­ad que le llevó a interpreta­r por primera vez al personaje en la gran pantalla en 1932 con un éxito descomunal que provocó hasta 11 secuelas y que le encasilló de por vida, porque los estudios no le permitiero­n interpreta­r a otro personaje que no fuera Tarzán.

Cuando acabó aquel contrato, Johnny trató de demostrar que era un actor de verdad más allá del grito de Tarzán, las luchas con cocodrilos de atrezzo y los saltos entre lianas y árboles. No lo logró, y siguió estirando el personaje incluso más allá de sus años de juventud, en series para TV como ‘Jim de la Selva’.

La vida no le trató bien después de la natación y de Tarzán. Emprendió sin éxito varios negocios, uno de ellos como constructo­r de piscinas, se arruinó y encadenó tres divorcios. Se retiró a Acapulco y murió en un hospital psiquiátri­co en 1984, a los 80 años

Diez años después de su récord mítico, encarnó por primera vez a Tarzán en el cine

 ?? getty Fotos: ?? Johny Weissmulle­r, arriba en su época como nadador, que saldó con 62 récords mundiales y cinco medallas de oro entre los Juegos olímpicos de 1924 y 1928. Abajo, en una de las 12 películas de tarzán que protagoniz­ó con éxito descomunal a partir de 1932
getty Fotos: Johny Weissmulle­r, arriba en su época como nadador, que saldó con 62 récords mundiales y cinco medallas de oro entre los Juegos olímpicos de 1924 y 1928. Abajo, en una de las 12 películas de tarzán que protagoniz­ó con éxito descomunal a partir de 1932
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