Mundo Deportivo

Las secuelas del derbi de Vinicius

Carlos Martínez sí denunció los gritos racistas en los momentos que sucedieron

- Mònica Planas

Con esta contundenc­ia se expresaba Carlos martínez el lunes en el programa ‘El día después’ de movistar+ al valorar el derbi madrileño: “Me da la sensación de que no hay que extenderse demasiado con este tema porque está clarísimo. Evidenteme­nte esto es inaceptabl­e. Gritos racistas. Cánticos racistas. Hay cosas con las que no podemos pasar. Cosas que no podemos permitir. Y esto que se produjo antes del partido y durante el partido en algunos momentos puntuales evidenteme­nte es deleznable”. Lo decía sobre las imágenes de los alrededore­s del Cívitas Metropolit­ano, ante los gritos racistas de parte de la afición del Atlético de Madrid. Ayer, en esta misma columna, subrayé como durante la retransmis­ión del partido el periodista condenó los insultos racistas a

vinicius en la celebració­n del primer gol del Real Madrid. Pero también lamenté que no los recriminar­a de la misma manera después de la lambretta fallida del brasileño. Me equivoqué en este último juicio. Martínez no lo hizo porque en ese instante los insultos que estaba recibiendo el jugador no eran de índole racista. Interpreté erróneamen­te los gritos de la grada del sonido ambiente en ese instante y atribuí a Martínez un silencio y una mala decisión que no merecía. Sirva este apunte de rectificac­ión y disculpas al periodista de Movistar+.

vinicius: utilizado para la polémica

En los días previos a la celebració­n del derbi madrileño, en ‘El Chiringuit­o’ y en ‘Jugones’ se dedicaron a construir una polémica anticipada sobre losbailote­osdevinici­usylascons­ecuenciase­nla afición rival. Una vez jugado el partido, valoraron el comportami­ento del jugador en ‘El Chiringuit­o’. Considerar­on que “la sobreexcit­ación le haperjudic­ado”,quelapolém­ica“lehapuesto­en el ojo del huracán”, lamentaban que “no había sabido digerir la situación”, que el brasileño “está generando un caldo de cultivo evitable” y que con 22 años no estaba sabiendo digerir su propia repercusió­n. Un ejercicio de cinismo curioso. Ahora, una vez observadas las consecuenc­ias en el comportami­ento de Vinicius, juzgan al futbolista­comosielas­untolesfue­raajeno,inclusocon argumentos incoherent­es con los lanzados antes del partido. Tirar la piedra y esconder la mano ●

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