Un Mundial cuando no toca

Llegó el parón FIFA y con él las lesiones, como por arte de magia. No culpo a las selecciones. Entiendo que es un inconveniente para los clubs, pero no les puede pedir a los futbolistas que no vayan a jugar por sus países. Es cierto que hay muchos partidos, demasiados, y muy comprimidos. Y eso no es culpa de que existan las selecciones. Es culpa de las fechas del Mundial.

No estoy en contra de que no se dispute el Mundial, por supuesto, pero cuando toca. Y eso es en el mes de junio. Jugarlo en noviembre es un disparate y lo que hace es cargar mucho más a los jugadores, que ya llevaban un calendario muy comprimido, porque tienen que jugar los mismos partidos que en una temporada normal pero en menos tiempo.

Por eso se juegan cada siete días partidos de Champions, sin dejar una semana de descanso entre uno y otro, como es habitual. El Barcelona, además, afronta después de este parón un calendario complicadísimo antes del Mundial y para jugar el Clásico o los partidos ante el Inter es posible que pierda algún jugador. Es el peaje de este calendario tan aberrante, consecuencia de un Mundial tan extraño. Dicho lo cual, el equipo ya demostró en el último partido de Laliga, ante el Elche, que hay banquillo: Xavi hizo muchos cambios y el equipo no lo notó. El Barcelona debe afrontar las situaciones, sabiendo que aún no hay nada ganado, ni mucho menos, y veo mucha euforia. Como decía Luis Aragonés, lo más honrado en el fútbol es el balón, que te pone en tu sitio. Hay que ser honesto y prudente y a la chita callando ir trabajando hasta que llegan los triunfos ●