Al Panda solo le faltó el gol
→ la romareda pidió a borja iglesias, que debutó en su ‘casa’
La afición coreó su nombre desde el inicio y enloqueció cuando Borja entró
→ El gran protagonista del partido en Zaragoza fue Borja Iglesias. El Panda se ganó el título de hijo adoptivo de la capital aragonesa en tan solo un año que jugó en La Romareda y el delantero del Betis no dejó de recibir muestras de cariño desde que la selección española llegó a la ciudad el viernes por la mañana. Fue el más esperado en el hotel de concentración y el más ovacionado cuando se cantaron las alineaciones por megafonía ya en el estadio, antes del partido.
La gente tenía ganas de Borja Iglesias. En la grada ya empezaron a pedirlo cuando se avanzó Suiza a los 20 minutos. Algún grito en tribuna para Luis Enrique: “Saca al Panda”, pidieron. Y le acompañaron aplausos de los seguidores de sus alrededores que aprobaban la petición. Poco después, pasada la media hora de partido, ya fue generalizado. De hecho, de manera esporádica La Romareda al unísono empezó a corear el nombre de Borja. Una reacción que ponía la piel de gallina.
Pero el estadio zaragocista enloqueció a los dos minutos del segundo tiempo, cuando Luis Enrique mandó calentar al Panda junto a Nico Williams y Yeremy Pino. Otra vez, todos los aficionados que llenaron las gradas gritaban el nombre del delantero, ahora en el Betis, que tantas tardes de gloria les dio la temporada 2017-2018, cuando Borja Iglesias tenía 24 años. Un balance de 23 goles y 7 asistencias en 43 partidos en una campaña inolvidable que dejó al Zaragoza a las puer- tas del ascenso tras caer ante el Nu- mancia en el playoff.
El Panda no perdió la sonrisa en todo el calentamiento y Luis Enri- que le dio media hora en su debut. Borja salió como nueve referencia con la afición en pie, aplaudiendo. Se movió bien, estuvo participati- vo y peleó ante la rocosa defensa suiza. Solo le faltó el gol aunque dis- puso de un disparo algo escorado que le salió demasiado desviado. Un tanto que hubiera evitado la de- rrota y ante su afición, en su segun- da casa, su querida Zaragoza ●