Mundo Deportivo

Evenepoel, de pequeño caníbal a FENÓMENO

→ En Australia fue el séptimo campeón del mundo más joven de la historia con 22 años → 13 de los 37 triunfos que atesora el belga los ha logrado este año, el de su confirmaci­ón

- M. Pérez / C. Piedrabuen­a

→ 15 días después de ganar su primera gran vuelta ciclista de tres semanas en España, cuando muchas voces discutían que pudiera estar capacitado para rendir a un altísimo nivel a lo largo de 21 días, el belga Remco Evenepoel (22 años) se proclamaba el pasado domingo campeón del mundo en Australia con tan sólo 22 años, dando un auténtico recital y dando la razón a los que en su día le bautizaron como el ‘pequeño Caníbal’, observando en este joven unas cualidades muy similares a las que en su día demostró el legendario Eddy Merckx. El corredor del Quick-step se coronó como el mejor del mundo tras dar una auténtica exhibición, atacando a poco más de 30 kilómetros de la línea de llegada, marcándose a continuaci­ón su contrarrel­oj particular en la que no hacía sino ampliar la diferencia respecto a sus rivales a cada metro que avanzaba.

Hacía diez años que un corredor belga no se proclamaba campeón del mundo, desde que lo lograra Philippe Gilbert (Valkenburg, Países Bajos), y con su victoria en Australia redondeaba una temporada para enmarcar. Hasta este 25 de septiembre sólo Binda (1927), Merckx (1971) e Hinault (1980) habían ganado un monumento ciclista, una gran vuelta ciclista y un Mundial de ciclismo, lista de notables a las que se sumaba Evenepoel, convirtién­dose además en el séptimo corredor más joven de la historia en

Antes del ciclismo jugó al fútbol en el Anderlecht, PSV Eindhoven y en la selección belga

vestir el maillot arcoirís. Palabras mayores, tal como señaló el propio Eddy Merckx desde Bélgica. “Es maravillos­o ver lo que Remco está consiguien­do Ha ganado la Lieja-bastogne-lieja, San Sebastián, la Vuelta y el Campeonato del Mundo en un año, son pocos los que han logrado ganar estas pruebas. Lo que Remco ha realizado este año es muy excepciona­l”.

Remco asombró de verdad al mundo por su superiorid­ad en el Campeonato del Mundo Junior de Austria de 2018 –el mismo en el que Alejandro Valverde abrazó la gloria en la categoría élite–, y al año siguiente mantuvo su progresión. Ganó la Clásica de San Sebastián con 19 años sorprendie­ndo a todo el mundo por su superiorid­ad y descaro, y el Europeo contrarrel­oj, pero poco podía imaginar Evenepoel que una caída al año siguiente en Il Lombardía casi lo retira del ciclismo, hasta el punto que él mismo reconoció que “mi fractura de cadera estaba un milímetro al lado de un nervio. Podría haber pasado el resto de mi vida en una silla de ruedas”.

En el accidente que lo envió al fondo de un barranco casi se rompe todo el cuerpo. Tuvo que aprender de nuevo casi a andar y gracias a su tenacidad, a su capacidad de sacrificio y al apoyo de los suyos logró salir hacia adelante para demostrar que es el mejor, tal como quiso dejar claro al cruzar la línea de meta en Australia con un gesto reivindica­tivo al mandar callar y decir que quien mandaba era él y no otro, en una muestra del orgullo que preside su personalid­ad y que también le ha originado alguna que otra disputa. Genio y figura. Remco siempre se ha caracteriz­ado por su carácter ganador, por su afán de superación, de querer ser el mejor. Y hay un par de anécdotas que lo atestiguan. En octubre de 2016, Stéphane Stassin, el entonces entrenador sub-16 de fútbol del Anderlecht, tuvo que frotarse los ojos mientras participab­a en la media maratón de Bruselas del mes de octubre de 2016, cuando tras ver pasar a los atletas kenianos vio como de cerca les seguía a toda velocidad el joven Remco. “Habíamos jugado el día anterior y les había pedido a los jugadores que descansara­n”, recordaba en su día un resignado Stassin. Casi un año más tarde su padre se alarmó cuando vio que su bicicleta había desapareci­do del garaje. Falsa alarma, la había cogido su hijo Remco para dar ‘un pequeño paseo’ de 117 kilómetros a una velocidad media de 34 km/h. Ante la incredulid­ad de su padre Patrick, quien acabó saliendo de su asombro cuando su hijo le mostró los datos del GPS.

Ese mismo día, 24 de octubre de 2017, Remco anunció a sus padres, Patrick y Agna, que quería ser ciclista y dejar para siempre el fútbol, que le llevó a militar en las filas del Anderlecht, PSV Eindhoven y en las categorías inferiores de la selección belga, luciendo además el brazalete de capitán. El resto ya es historia ●

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Foto: EFE Remco Evenepoel hizo historia el pasado domingo al proclamars­e campeón del mundo de ciclismo en ruta en Wollongong, ciudad del sureste de Australia

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