Mundo Deportivo

La sencillez y grandeza de Kipchoge

→ Desde la austeridad se acerca a lo asombroso: bajar de las dos horas en maratón

- Lluís Carles Pérez

→ Si la sencillez es signo de grandeza, el mundo del deporte tiene en Eliud Kipchoge un caso ejemplar. La vida del atleta que ahora mismo está más cerca de los supuestos límites físicos del hombre se caracteriz­a por la humildad, la monotonía y el trabajo. Esa es la manera de expresar su pasión por el atletismo, tan intensa en su día a día como austera en las formas, todo un contraste en una sociedad y un mundo expuestos en las redes sociales hasta la saciedad e incluso el ridículo. Un bicho raro, diría incluso algún lenguaraz.

Sin embargo, Kipchoge no es ningún espectro, sino un hombre tradiciona­l empeñado en demostrar que los límites no existen y ser una inspiració­n para los jóvenes. Su método llamará la atención por sobrio, pero se ha revelado inmejorabl­e en su propósito por romper las dos horas en los ardientes 42,195 kilómetros de la maratón, una barrera que se antojaba imposible hasta hace poco, de hecho hasta su aparición en la distancia.

El keniano ya bajó en 2019 de las dos horas, pero aquella marca en Viena (1h.59’40”) no fue homologaum­bral da porque las condicione­s de la carrera y el ‘show’ comercial montado a su alrededor–liebres relevándos­e o rebufos ilegales– estaban fuera de los estándares reglamenta­rios. Eso ya lo sabía. Daba igual. Sea como sea, aquel día demostró que el reto no es una quimera.

El año anterior, en 2018, corriendo en 2h.01”39 había dado un mordisco tremendo de 1’18” al anterior récord mundial de su compatriot­a Dennis Kimetto: 2h.02’57” en 2014. El domingo pasado dio otro bocado de 30” a su propia plusmarca en la maratón de Berlín y, claro, esas 2h.01’09” ponen a Kipchoge en el de lo asombroso. El tiempo dirá si el hombre es capaz de bajar de las dos horas, pero Kipchoge desde luego ha abierto el camino.

En 2019, este diario cursó una invitación al keniano para que fuera la figura internacio­nal en la Gala de MD. Sus representa­ntes excusaron su negativa a venir a Barcelona diciendo que prefería no asistir a ese tipo de actos. Ese año fue elegido el mejor atleta, pero tampoco recogió el premio en la Gala de la Federación Internacio­nal en Mónaco. Sirva la anécdota para ilustrar el perfil austero de Kipchoge, un tipo que se siente de veras cómodo con sus rutinas.

Mentalidad

“El primer factor que lo hace diferente es su mentalidad. Eliud actúa como si tuviera una misión en el atletismo más allá de sí mismo. Y es muy modesto. Podría construirs­e un campo de entrenamie­nto para él solo, pero duerme en el camastro más cutre, ayuda al grupo y tiene detalles que paga de su propio bolsillo”, explicó a MD en su día Marc Roig, atleta catalán afincado en Kenia y fisioterap­euta de Kipchoge y otros atletas en su ‘training camp’ de Kaptagat, centro de su régimen espartano.

“Comen cada día lo mismo, no les importa que la comida sepa bien o haya variedad. El almuerzo suele ser arroz con patatas y judías y cenan ugali, una masa de maíz habitual en Kenia, con carne o verdura. Es monotonía pura y dura que a nosotros nos costaría mucho aguantar”, detalla Roig.

La genética africana, la altitud del valle del Rift y la disciplina en entrenamie­ntos y descansos están en la base del éxito de Kipchoge. A esa tradición une también la modernidad de los avances tecnológic­os en las zapatillas que usa para levitar más si cabe sobre el asfalto y arañar más segundos al reloj.

Eliud, de 37 años, es madrugador, hace la siesta y se acuesta pronto. “Se machacan corriendo, pero descansan más que nadie, más que un atleta occidental. O están corriendo o están echados”, exagera Roig para explicar la vida casi asceta de Eliud y sus compañeros. Padre de tres hijos, le encanta leer y le haría mucha ilusión conocer algún día a Leo Messi. “Está enterado de todo, del fútbol y hasta de la Fórmula 1. Le fascina todo lo relacionad­o con el alto rendimient­o”, comenta Marc.

En 2003 ya ganó el oro mundial de 5.000 metros. Casi 20 años después, Kipchoge, bicampeón olímpico de maratón (2016, 2021), sigue en la élite con una misión que trasciende lo deportivo ●

Modesto, rutinario, come cada día lo mismo y le encantaría conocer a Leo Messi

Roig: “Kipchoge actúa como si tuviera una misión en el atletismo más allá de sí mismo”

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Foto: getty Eliud Kipchoge, el domingo tras batir su propio récord mundial. el keniano ha ganado 15 de 17 maratones disputadas y le pertenecen cuatro de las cinco mejores marcas de la historia

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