Ronald Araujo nunca pisa el escudo
En los dos últimos partidos del Barça en el Camp Nou se ha visto una situación idéntica. Al despejar un balón cerca del banquillo de Xavi, Araujo pegó un tremendo salto para no pisar el gran escudo del club que está pintado en la falsa hierba, fuera de los límites del terreno de juego. Lo hizo ante el Valladolid y lo repitió frente al Elche. Ese salto, a lo Carl Lewis ,essu manera de demostrar respeto al club que ama y que le paga. Otro pisaría el escudo sin contemplaciones, sin darse ni tan siquiera cuenta de que ahí hay el símbolo del Barça. El salto de Araujo es una prueba de hasta qué punto el joven central está comprometido. Ayer dio una nueva muestra, mucho más signficativa. Él sabe que operarse de la avulsión del tendón del aductor largo de la pierna derecha le va a obligar a perderse el Mundial
de Qatar, la que hubiera sido su primera Copa del Mundo con Uruguay. Ha entendido que lo mejor para su carrera y para el Barça, tras hablar con los doctores y con el entrenador, es pasar por el quirófano. Y así lo hará. Para año nuevo, en principio, si la operación en Finlandia es un éxito, ya podrá volver a la disciplina del equipo. Quedarán todavía cuatro títulos en juego y Xavi tendrá en Araujo, como ‘fichaje’ de invierno, a su central más rápido y mejor cabeceador. Ahora, de inclinarse por un tratamiento conservador, Araujo podría llegar a jugar los partidos de Uruguay contra Portugal, Ghana y Corea. En su día, figuras como Luis Suárez y Umtiti antepusieron la selección al club y luego el Barça pagó las consecuencias. Él ha priorizado la salud. Decisión nada fácil, pero inteligente ●