Se aviva la polémica de las tarjetas
→ Alerta entre varios clubs desde que la RFEF igualó las multas con la Liga masculina
→ Desde que la RFEF decidió subir, a principios de temporada, el importe de las multas por las tarjetas que reciben las jugadoras a fin de igualarlas a las de Laliga Santander, la polémica no ha hecho más que avivarse. Desde varios frentes no se entiende que las árbitras estén cobrando más que muchas jugadoras de la Liga F y además se cuestiona por qué se equipara el importe de las tarjetas cuando en la competición femenina los recursos, salarios y cifras que se generan son claramente inferiores.
Es una medida que no ha sido para nada bien acogida por parte de los clubs, muchos de los cuales se ven amenazados, ya que a partir de ahora deberán desembolsar 180 euros por cada amarilla que reciba una futbolista y 350 euros por una roja. Así, se pasa de 4 euros en la pasada temporada por recibir una amarilla a estos 180, mientras que el precio de la roja pasa de 9 euros a 350. El incremento es brutal y corresponde a casi un 4.000% más de lo que se pagaba hasta ahora.
La medida se adopta toda vez que la Federación Española entiende que la profesionalización de la Liga Femenina debe conllevar una equiparación a la mascusiguiendo
las claves aumento brutal
1 la multa por amarilla pasa de 4 a 180 euros y por la roja, de 9 a 350 Indignadas
2 Camila Sáez (alavés) le dijo a la árbitra: “no tienen ni idea y encima cobran más” amenazados 3 algunos clubs humildes se ven en peligro
lina en este apartado. No obstante, teniendo en cuenta que no todos los clubs cuentan con el mismo presupuesto y que aún muchos barajan cifras humildes, la noticia ha sido acogida como un varapalo.
El artículo 52 del Código Disciplinario dice así: “En las competiciones de carácter profesional, la sanción de amonestación de directivos, futbolistas, entrenadores y auxiliares llevará consigo, para el club de que se trate, una multa accesoria en cuantía de 180 euros cuando se trate equipos adscritos a Primera División, y de 90 euros en equipos de Segunda División”. con los números, en el supuesto de que un equipo vea dos amarillas de media en cada jornada, ello acarrearía un gasto de 10.800 euros cuando antes habría sido de 240, cifra más acorde a lo que mueve el fútbol femenino.
Se da el caso de que las árbitras están cobrando en muchos casos más que las propias jugadoras, que deberían ser las auténticas protagonistas de la Liga. La primera en estallar fue Camila Sáez, jugadora del Alavés, en el partido ante el Madrid CFF de la primera jornada, quien no dudó en espetar: “No tienen ni idea y encima cobran más” hacia la colegiada, Patricia Luna, al término del partido. Su queja le valió la roja directa.
Y es que la medida toma especial dramatismo en el momento en que no solo los clubs sino también las jugadoras se ven afectadas de forma personal, ya que según el reglamento, una roja directa supone un montante mínimo de 600 euros para la futbolista que lo recibe. En el fútbol masculino, esta sanción la suele asumir el club pero en el femenino no está pactado.
En un entorno donde el salario mínimo de las jugadoras está fijado en 16.000 euros anuales, el importe se antoja desorbitado. Y los clubs se vuelven a ver en peligro ●