A Richarlison le lanzan dos plátanos y “bla, bla, bla”
Sucedió en París. Del encuentro entre Brasil y Túnez (5-1) de esta semana, hemos hablado mucho de los dos goles del culé Raphinha ,dela gran actuación de Neymar y de la candidatura brasileña para ganar el Mundial de Qatar. Pero el partido se vio empañado por el grave comportamiento racista de parte del público tunecino. En el minuto 19, cuando el delantero del Tottenham celebraba el tanto que ponía el 2-0 en el marcador, desde la grada le lanzaron dos bananas. Como si fuese un mono. En el fútbol, en Europa, en 2022, pasan cosas como estas. O gritarle a Vinicius “eres un mono” a la llegada al Metropolitano, antes del derbi madrileño. El Brasil-túnez prosiguió como si nada. La FIFA, ante estos casos, nunca interviene de una manera eficiente. Se limita, a través de la UEFA, a gastarse dinero en campañas de publicidad de ‘Respect’, y así se limpia la conciencia sin tomar nunca cartas en el asunto. Después del partido, y viendo el revuelo que se armaba, sí dijeron que iban a investigar “los incidentes”, que rechazaba “cualquier actitud de racismo o violencia” y que seguiría con su plan de “tolerancia cero de cualquiera actitud de este tipo”. Ante el comunicado paniaguado de la FIFA, el jugador afectado publicó un tuit demoledor: “Mientras sigan diciendo “bla, bla, bla” y no castiguen, esto seguirá igual, y volverá a pasar cada día en cualquier sitio”. Richarlison da en el clavo. Mientras no se paren los partidos, no se sancionen aficiones y no se censuren actitudes racistas con castigos efectivos, la xenofobia seguirá campando a sus anchas ●