¿Por qué Quique Setién no pudo ser él mismo en el Barça?
Quique Setién ya ha debutado con el Villarreal. Es su primer banquillo desde el 2-8 ante el Bayern, que cavó su tumba en el Barça. Ahora, al tomar las riendas del equipo que Emery ha dejado tirado, Setién ha tenido que responder sobre su paso por el Barça. En sus respuestas intenta ser elegante pero no da puntada sin hilo. Aprovecha la autocrítica para mandar un mensaje para los buenos entendedores. “En el Barça no fui yo, no pude serlo”. Es cierto. Un solo ejemplo, en su debut liguero con el Villarreal, Quique estuvo en la banda de Bilbao en pantalón corto. En el Barça ni tan siquiera se pudo permitir esta licencia estética. Es un detalle muy menor, pero demuestra que ni en la vestimenta aquí estuvo cómodo. Tampoco se pudo imponer en un vestuario que, desde el día 2, le tomó por el pito del sereno, le negó el pan y la sal a su ayudante Eder Sarabia, a él le llamaba “viejo” a sus espaldas y, en su cara, las vacas más sagradas menospreciaban sus ideas futbolísticas. “Vamos a inventar el fútbol”, decía uno de los sarcásticos jugadores, tapándose la boca, cuando se cruzaba con Sarabia por las instalaciones. Entre el desprecio profesional y el ‘bullying’, la línea es muy delgada. Sólo hay que escuchar el silencio que Setién se ha autoimpuesto que cuando le preguntan sobre Messi, en rueda de prensa o en el documental sobre su persona. La personalidad de un entrenador experto quedó totalmente anulada. Se rindió pronto. Entre el final de la Liga y la fase final de la Champions en Lisboa, los jugadores se tomaron vacaciones. Y el pelele no pudo ni decir que no. La tormenta perfecta ●*