La mejor palanca
Se acabó la Champions League para el Barça esta temporada. Fue una eliminación dura y una pérdida importante de dinero. Ese dinero que se debe generar obligatoriamente ahora a través de otras vías. Y una de las vías es abrirse más al mundo. Mucho más. Durante varios años como corresponsal y siguiendo toda la actualidad diaria en Can Barça, acabé descubriendo muchas sensaciones, muchas ideas y, sobre todo, muchas realidades. Y una de las ideas que siempre intenté defender dentro del club es la de hacerles ver que el FCB debe aprovechar al máximo su imagen a nivel mundial, porque esta marca es oro puro. Y este oro puro ni tiene precio ni se resume en cuatro oficinas por algunos continentes.
Entiendo que el interés gire cada día sobre los socios que votan, y que la preocupación esté más centrada en lo que diga Jordi Basté o en lo que ponga la portada de los diarios deportivos de referencia, pero este club será siempre también de sus simpatizantes, que se muestran muy orgullosos del “més que un club” y que se dejan mucha pasta para acudir al Camp
Nou desde distintos países del mundo.
Viviendo en Catalunya, fantástica tierra por cierto, traté mucho con el famoso entorno y aprendí muchas frases. Una de ellas es: “El Barça es de sus socios”. Pero también aprendí: “La pela es la pela”. Este club es universal, pero lo puede ser mucho más. Ojalá se dieran más pasos en este sentido, porque seguramente se habrían evitado muchas palancas. Y si Joan Laporta hubiera pedido dinero en lugar de las palancas, como sugirió en Mallorca, la afición del Barça fuera de España no habría dudado en sumarse ●