El adiós de Piqué merece un aplauso y una explicación
El mejor central culé del siglo merece todos los elogios. Los que recibe desde que publicó el ensimismado videoclip de su decisión. Son 14 años de gloria y entrega al Barça. Piqué ha marcado las diferencias por rendimiento, por salida de balón, por capacidad goleadora y por esa manita que, como dijo él, “tanto les jode”. Que la nostalgia y el aplauso infinito, sin embargo, no impida saber por qué el segundo capitán abandona el barco a mitad de temporada. Mientras el barcelonismo no escuche el motivo –o los motivos– de su adiós es absurdo especular. Por eso mismo, para que no queden ambigüedades por el camino, la renuncia a su carrera necesita contar las causas. ¿Son motivos futbolísticos? El tramo final de la temporada pasada jugó lesionado, aguantando, porque Xavi le pedía siempre un esfuerzo más. Y cumplió.
Este año ha perdido la titularidad y el ritmo. Con su fallo ante el Inter quedó en evidencia y, después de años de alabanzas, ante el Villarreal escuchó por primera vez crueles silbidos del Camp Nou. ¿No quiere que la afición vea una versión que está lejos de su mejor recuerdo? Y, más allá del fútbol, ¿que Laporta le señalase en la Asamblea fue un dardo envenenado? ¿el proceso judicial por la comisión de 24 millones por organizar la Supercopa, ha pesado? ¿Y el tema familiar, cuenta en su punto y final? Mientras esperamos la explicación, ¿cómo queda el Barça? Futbolísticamente Xavi pierde a su quinto central. ¿Económicamente? Dependerá del acuerdo de desvinculación. Si perdona el año y medio de contrato que le queda, como hizo Puyol, será para hacerle la ola. De pronto, el ‘fair play’ financiero se habrá arreglado con un gesto que le honrará ●