Que se besen, que se besen, Luis Enrique y Leo Messi
Nada nuevo en el fútbol. Jugadores y entrenadores que parecían irreconciliables, con el tiempo no sólo liman asperezas sino que, pasados los años, acaban por elogiarse sincera y públicamente. A menudo se olvidan detalles que parecían el fin del mundo o se reescribe la historia con lápices de colores. En la entrevista de Valdano a Messi ,alser preguntado por Luis Enrique como entrenador, y por su enfrentamiento en Anoeta, Leo dijo: “Yo volvía de Argentina tras las vacaciones y jugábamos el 2 o 3 de enero, y terminé yendo al banco y tuvimos una discusión que nos duró un ‘tiempito’… pero luego tuvimos una relación espectacular hasta el último día, cuando él decidió irse y nosotros le decíamos que se quedara, que no se fuera, que estábamos bien”. Al escuchar estas declaraciones, Luis Enrique se ha sentido orgulloso y ha repetido lo que siempre mantuvo: que Messi es el mejor de todos los tiempos. Pero tras ese 1-0 en Anoeta de 2015, con Leo y Neymar en el banquillo, la discusión fue tal que, al día siguiente, Messi no se presentó a la jornada de entreno de puertas abiertas para los niños. Luis Enrique se enfadó tanto que quería cargarse a Leo. Xavi, el capitán, hizo de mediador entre uno y otro. Bartomeu tuvo que ir a casa de Luis Enrique para convencerle que un expediente disciplinario a Leo sería el fin de todo… Y al final, pagó el pato el bueno de Andoni Zubizarreta. Destituido el 5 de enero como responsable deportivo sin comerlo ni beberlo. “Los reyes me trajeron carbón”, dijo Zubi. A final de temporada, Luis Enrique y Messi celebraron juntos el triplete y como si nada ●