El partido perfecto
Luis Enrique consiguió que su equipo lograra un resultado histórico en el debut del Mundial, en un partido perfecto. El propio seleccionador explicó que en la charla previa rebajó cualquier presión en su discurso tras los resultados negativos de Argentina y Alemania. Y, pensando en el encuentro frente a los germanos, dijo que había “cosas que mejorar”. Un genio. Esa es la mejor declaración que se puede decir tras un encuentro perfecto. Luis Enrique y su grupo están dando muestras de que van a por todas, no solo de corazón, sino también en la estrategia, dentro y fuera. De momento, ayer, le dijeron a todos los rivales que deberán cubrirse.
LA FÓRMULA LAPORTE Y RODRI
de centrales funcionó. Alba fue prodigioso con una asistencia y provocando un penalti en un partido inmenso. Busquets fue ayer el mejor mediocentro del mundo porque el modelo de fútbol que jugaba (equipo muy junto con líneas de pase claras) es el que comentó Luis Enrique que lo elevaba en el campo. Pedri y Gavi fueron los interiores impresionantes que descubrió Koeman y Luis Enrique lanzó con extrema valentía a una selección joven, descarada y sin complejos. Salió Balde y mostró velocidad. Ferran Torres fue otra demostración que los futbolistas crecen con Luis Enrique, como Olmo, Asensio, Azpilicueta, Carlos Soler o Morata. Todos los jugadores de la Roja jugaron un punto más de su rendimiento habitual.
EL RIVAL QUE PARECÍA QUE NO
lo iba a poner fácil se vio desbordado por una selección muy joven que, en cambio, salió con aplomo, con autoridad de veterana. Y, por encima de todo, jugaron con la máxima intensidad, todos en todo momento, en todos los minutos del partido, algo que ni Argentina ni Alemania supieron hacer. España recordó a aquella Naranja Mecánica holandesa de los 70 con una apuesta de fútbol atacante, alegre, presionante. Los siete goles los anotaron seis jugadores diferentes, tal vez porque el líder está en el banquillo ●