La reacción del vestuario
La distancia entre el palco y el vestuario del Camp Nou es cada vez mayor. Algunos jugadores, en especial los capitanes, están molestos con el presidente a quien le están pasando factura. La escenificación del distanciamiento fue el incidente que protagonizaron Laporta y Alba en el vestuario de la ciudad deportiva en los días cercanos a la fatídica semana de la eliminación de Champions y la derrota en Madrid. El lateral se encaró con el presidente delante de todos y en tono desafiante le pidió que tuviera la valentía de criticarle a la cara en lugar de ir haciéndolo a sus espaldas. Laporta se revolvió y tuvieron que separarles para que el encontronazo no fuera a mayores. Alba llevaba mucho tiempo indignado. No le gustó que a dos días del cierre del mercado de verano, el presidente filtrara a la prensa que el Barça había llegado a un supuesto acuerdo con el Inter para su traspaso sin consultarle a él ni a su representante. A los capitanes, incluido Busquets, les dolió que Laporta les acusara públicamente de insolidarios durante la última asamblea cuando aseguró que tuvo que prestar un aval personal para inscribir a Koundé porque no quisieron rebajarse el sueldo. Recientemente, Alba afirmó a MD que nadie se lo pidió esta temporada. A los pocos días de esa acusación del presidente, la afición del Camp Nou silbó a
Piqué cuando saltó al césped en sustitución de Koundé ante el Villarreal. A Xavi, como entrenador, le parecieron inoportunas esas declaraciones, que enrarecieron el ambiente, en la previa de la que era la semana deportiva más importante. Piqué, como Messi y Koeman ,seha despedido dolido con el presidente, con el que se negó a hacer una rueda de prensa antes de su último partido en el Camp Nou. Sabe que instigó una campaña de críticas hacía él. Esta semana, Frenkie de Jong se mostró dolido con Laporta y le culpó de haber filtrado su contrato a la prensa y haberle presionado para que se fuera al United. El asesor del presidente y de todo pero responsable de nada, Enric Masip, a quien el vestuario ya ha vetado su entrada, le respondió en twitter. A De Jong, Piqué, Lenglet y Ter Stegen les enfadó que la directiva filtrara en agosto que veía indicios de delito en sus últimas renovaciones cuando las firmaron aplazando parte de su salario para ayudar al club a paliar la desaparición de ingresos durante el Covid. Cuando Laporta se queja de la herencia apunta a los contratos y a la edad de las vacas sagradas. Por eso, ahora, no acaba de ver con buenos ojos que Xavi quiera renovar a
Busquets por una temporada más, igual que pasó con Sergi Roberto ●