Mundo Deportivo

“El basket me cambió la vida”

- Laura Villanueva

→ ¿Qué pasaría si ahora mismo te dijeran que en unos años no vas a poder caminar? ¿Si alguien se sentara contigo para explicarte que no podrás jugar a fútbol, baloncesto o saltar a la piscina? Imagínatel­o. Eso le ocurrió a Beatriz Zudaire (Pamplona, 8/6/2000), jugadora de la selección española de baloncesto femenino en silla de ruedas que padece una enfermedad neuromuscu­lar degenerati­va. Se la diagnostic­aron a los seis años, aunque hasta los nueve pudo caminar. “Fue raro entender que, tras nueve años andando, necesitaba una silla de ruedas”, suspira. Zudaire amaba el deporte, era la que más horas metía en el campo de fútbol. “Cada día me frustraba más, yo quería seguir jugando y no podía”, confiesa la navarra.

Lo bueno de todos estos años es que ha conocido a gente maravillos­a, entre ellas Lourdes Ortega (Sevilla, 22/9/1997), su mejor amiga, su compañera en el UCAM Murcia y su aliada en la selección española. Ortega nació bien “pero a los nueve meses dejé de moverme. Me sacaron muchos diagnóstic­os, aunque el más duro para mis padres fue cuando les dijeron que tenía un tumor en la médula y que a los tres años podía morir”. La vida le dio una vuelta de 180 grados a su familia. Finalmente descubrier­on que era un virus el que le había afilado la médula. “Tuve mucha suerte porque se fue rápido y solo afectó a la médula, si se llega a quedar más tiempo .... ”.

Al igual que para muchos, el deporte es vida para ambas jugadoras. Las dos comenzaron con la natación, pero el destino quiso unirlas en el basket. A las dos este deporte las cambió. Zudaire lo siente como su “todo” y a Ortega le ha dado “vida”. “Ha condiciona­do mi vida para bien, tengo una pareja, muchos amigos, me he movido de ciudad e incluso he podido ir a unos Juegos Olímpicos. Sigo compaginán­dolo con los estudios, ahora con el Máster en Psicología Sanitaria. Hay una cosa que me hace gracia y es que todo el mundo me pregunta si las canastas están a la misma altura. Y sí, lo están. Como ya me he acostumbra­do ni se me hace raro, incluso jugamos con balón de hombre”, cuenta Beatriz.

Lourdes añade que para ella el deporte es su modo de desconexió­n. “De pequeña me ayudó a relacionar­me con la gente y a pensar que incluso yo no tenía nada, me hizo darme cuenta de que hay cosas peores. Esto no lo valoramos hasta que lo tenemos enfrente. El deporte me ha dado vida”.

Ambas jugadoras, además, se han convertido en unas de las protagonis­tas de la película ‘Cabeza y

Corazón’, que se estrenó este 14 de noviembre en el Festival Internacio­nal de Cine de Gijón. La película propone un retrato íntimo de la Selección femenina de baloncesto en silla y acompaña a las jugadoras en la clasificac­ión para los Juegos Paralímpic­os de Tokio.

Aunque no todo ha sido fácil. Ambas jugadoras han pasado por lesiones, se han movido por muchas ciudades o han aprendido a jugar con ampollas en las manos. “En Tokio pasé por momentos delicados. Me lesioné en el hombro, tenía mucho dolor, me pinchaban y me hacían descargas eléctricas, pero no era yo al 100%. Cuando logramos el octavo puesto no lo valoré del todo, pero ahora lo pienso y es una pasada, tener un diploma olímpico significa mucho”, explica exaltada Bea tras recordar.

Después llegó el Europeo de Madrid 2022 y ahí cambió todo. “La medalla de bronce me supo a gloria, fue demostrar el trabajo de estos años. En los últimos segundos metí la cabeza debajo de la camiseta y me puse a llorar. Mis padres no viajan mucho por trabajo y esa vez estaban allí, verles en la grada fue precioso. Pensaba en ellos y solo lloraba”, expresa Lourdes.

La ilusión de las jugadoras de baloncesto en silla de ruedas al conseguir el bronce europeo el pasado mes de diciembre fue mayúscula. La juventud brillaba en una selección española que no ha parado de crecer. Hubo más que una duda sobre el reto que tenían delante, más si cabe porque lo afrontaban con un nuevo técnico, Adrián Yáñez.

Poco a poco fueron pasando los partidos y con ellos surgió la magia en Madrid. En el camino ocurrieron muchas cosas. Llegaron a la semifinal y ahí los nervios se esfumaron como la pólvora. Nadie lo dudaba. Solo faltaba rematar. Y así fue ante Alemania (40-58), un bronce histórico y un paso adelante. “Fue el título más importante que había conseguido el combinado nacional. Yo era el segundo de Abraham Carrión y como selecciona­dor llevaba 45 días. Desde que aterricé ha cambiado todo. Me han enseñado muchas cosas a nivel humano”, comenta consciente Yáñez.

Sin embargo, el camino no ha hecho más que empezar. “Estamos en un momento súper bonito, en auge”, cuenta Bea, MVP del europeo de Madrid. “Después de tanto trabajo estamos jugando un baloncesto que se ve mucho más y que incluso es más divertido”, añade. La selección se había preparado para disputar el Mundial de Qatar este mes de noviembre, pero el campeonato de fútbol ha vuelto a romper sus planes una vez más. Qatar no ha querido que coincidan dos eventos y la nueva fecha es junio de 2023 y depende su puesto en la clasificac­ión, se abrirán hueco para el Europeo de Rotterdam. Dos citas ilusionant­es, aunque la mirada sigue puesta en los Juegos Paralímpic­os de París 2024. Beatriz Zudaire lo tiene claro: “Lo queremos todo, de este barco no nos baja nadie” ●

El film ‘Cabeza y Corazón’, recién estrenado, narra la gesta de la selección española

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Foto: TWITTER Las jugadoras de la selección española en silla de ruedas
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Foto: TWITTER Beatriz Zudaire, jugando con la selección española de baloncesto en silla de ruedas
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Foto: TWITTER Lourdes Ortega, en un partido de la selección
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Foto: TWITTER Adrián Yáñez, entrenador de la selección

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