Colgar las botas por ansiedad
Con solo 13 partidos en la NBA, la historia de Tyrell Terry ha llamado la atención por su abrupta e inusual retirada: dice adiós al baloncesto a los 22 años, incapaz de superar sus problemas de ansiedad
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los casos de depresión y ansiedad han crecido un 25 por ciento desde la irrupción de la pandemia de coronavirus, y cada vez son más los jóvenes que los sufren. La presión y el miedo al fracaso sacuden a numerosos estudiantes, pero también aparece en el deporte de élite: a la vista del ojo público, alguien con el suficiente talento para entrar en la NBA y firmar su primer contrato millonario con apenas 20 años debería ser un triunfador, pero para Tyrell Terry, el lado oscuro ha sido lo suficientemente dramático como para apartarse del baloncesto para siempre.
Terry solo tiene 22 años y un historial deportivo de primera línea, pero su salud mental le obligó hace escasos días a anunciar su retirada solo un par de años después de llegar a la NBA desde el puesto 31 de la primera ronda del draft. Los Dallas Mavericks escogieron a un base de 1,91 al que le bastó solo un año en la NCAA (Stanford University) para convencer a los ojeadores por su capacidad de anotación, buen tino en el triple y gran visión de juego. Las entrevistas pre-draft, además, desvelaron un coeficiente intelectual elevadísimo.
Pero en la NBA las cosas no suelen ser fáciles para un novato. Tyrell solo jugó 11 partidos en su campaña ‘rookie’ con Dallas, y siempre disputando los minutos de la basura hasta enero de 2021, cuando dejó de aparecer y se le derivó al roster del equipo vinculado en la G-league. Acabó siendo cortado un mes antes del inicio de la presente temporada, y aún encontraría otro acomodo en la NBA con un contrato de diez días con los Memphis Grizzlies que expiró tras jugar solo dos encuentros. No era el único jugador joven con problemas en la jungla de la liga, pero en su cabeza, las cosas iban aún peor. Y Terry se derrumbó y dijo basta. “Hoy he decidido dejar de lado el juego que ha formado una gran parte de mi identidad”, anunció en sus redes sociales. “Si bien he logrado logros asombrosos (...) también he experimentado los momentos más oscuros de mi vida. Hasta el punto de que, en lugar de ir construyéndome, comenzó a destruirme. Comencé a despreciarme y cuestionar el valor de mí mismo, mucho más de lo que los que me rodeaban podrían ver o saber. Pensamientos intrusivos, despertarme con náuseas y encontrarme luchando por respirar normalmente porque la roca de mi pecho parecía pesar más de lo que podía cargar. Es sólo una breve descripción de la ansiedad que me ha causado este deporte. Para la mayoría, siempre seré conocido como un fiasco, un fracaso o un desperdicio de talento. Pero necesito encontrar mi identidad más allá del baloncesto”.
Ahora, Terry busca “un camino diferente, que espero que me lleve a la felicidad y a ser capaz de amarme a mí mismo otra vez” ●
“Para la mayoría seré un fiasco o un desperdicio de talento. Pero solo quiero ser feliz”