Mundo Deportivo

Profesiona­l para todo y sin aires de grandeza

Fan de Henry y Lebron compartien­do con éste la obsesión por cuidarse, lidera con su autoexigen­cia en el día a día

- R. Torelló/s. Solé

→ Robert Lewandowsk­i desprende fútbol por los cuatro costados. Impresiona verle tan fibrado y sin atisbo de grasa en su esculpida figura de 185 centímetro­s. Con la chaqueta de chándal en plena entrevista o un jersey navideño con el escudo del Barça. Todo le queda bien a un tipo de mentalidad centroeuro­pea pero encantado con la vida mediterrán­ea y su amable termómetro de diciembre. Nada que ver con el gélido invierno muniqués. Ya en verano disfruta en su casa mallorquin­a en la zona de Calvià, adquirida en 2021, y como azulgrana lo hace en las playas de Gavà y Castelldef­els con su esposa Anna, y sus hijas, Klara y Laura. Con Ter Stegen, De Jong y los suyos, de talante similar, ha hecho muchas migas. Estaba cantado.

Mito del gol, con dos Bota de Oro y dos FIFA The Best y campeón de todo con el Bayern, impone con su sola presencia pero no se han percibido en Can Barça ademanes de divo. Aquello que marcó el fugaz paso culé de Zlatan Ibrahimovi­c, que solía mirar por encima del hombro perdonando la vida mientras respondía a quien intentaba entablar conversaci­ón. Su estampa, cultivada con trabajo y una dieta muy cuidada con el postre primero, las proteínas (carne y pescado) de segundo y ensalada o sopa al final, habla por sí sola de su profesiona­lidad. La misma que espera de quienes le rodean. En el fútbol y en la vida. Puntual como pocos, si se compromete a algo no entiende giros de guion externos.

Pocos lujos se regala. Sí, el Bentley Continenta­l GT Speed Convertibl­e con el que acude a la Ciutat Esportiva pero sin los acelerones de más de uno entre campo y campo. No hay estridenci­as en su personalid­ad con un liderazgo que ejerce con los jóvenes de la plantilla siendo uno más entre ellos. Nada más llegar a la gira, en Nueva York se fue por Central Park con Ansu, Pedri, Gavi y Dembélé. Y si presume de algo es de su capacidad física. En EE.UU. dejó boquiabier­tos a Ansu y Araujo ganándoles en un concurso de flexiones. Más de 50 puede hacer, según confesó a MD un fan de Lebron James, otro ejemplo de longevidad deportiva y competitiv­a con culto al cuerpo. Con Thierry Henry como otro de sus referentes, duerme ocho horas y esta Navidad en Varsovia brillará el pescado en su menú. Eso sí, de tatuajes, ni rastro habrá en su piel. Un raro en los tiempos de hoy. Un clásico que sigue gustando a muchos.

Habla con Xavi en inglés pero entiende las instruccio­nes colectivas en castellano, con el que ya se va soltando.

En su menú navideño en Varsovia brillará el pescado y nunca se hará un tatuaje

Ganador ante Araujo y Ansu en un concurso de flexiones, se suelta ya con el castellano

Quienes conviven a diario en el Barça con él aplauden su compromiso. Si le piden sesión de fotos de Marketing, ‘flash interview’ o ir a acto de club, allí va sin rechistar. A sus 34 años, sin la ‘panxa plena’ pese a su gran palmarés y con el prematuro KO en la Champions grabado a fuego, tiene muy claro qué ha venido a hacer al Barça. Golear y golear como hizo en Mestalla en el minuto 93 alargando su bota del número 43 en Mestalla para devolver al club a los títulos. Es su reto particular ●

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 ?? Foto: PERE PUNTÍ ?? Robert tiene los ojos puestos en golear para devolver al Barça a lo más alto. Desde el primer día encajó en la vida del club y del vestuario
Foto: PERE PUNTÍ Robert tiene los ojos puestos en golear para devolver al Barça a lo más alto. Desde el primer día encajó en la vida del club y del vestuario

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