Acusación (demasiado) particular
El Clásico está enrarecido” dijo Javier Tebas. “Se está generando una crispación entendible”, añadió. El Presidente de la Liga no debe ser el bombero pirómano que prevea lo que puede pasar el domingo en el Camp Nou y eche más leña al fuego. Mañana, en Barcelona, en un evento en ‘Foros de Vanguardia’, tendrá la ocasión de rebajar la tensión de cara al Barçamadrid del domingo. Ciertamente, el partido viene calentito. Por un lado, la campaña de protección de Vinicius, que lleva meses gestándose, parece que puede desembocar en un clímax final el Camp Nou. Cualquier intolerable grito racista será el argumento perfecto para que el Barça pague por todo lo que se han librado otros estadios, otros clubes y otras aficiones. Que Vinicius juegue bien, que celebre sus goles con el bailecito que le apetezca (si marca), pero que la afición del Barça no caiga en la trampa. Que la grada de animación ni nadie nos avergüence con gritos e insultos intolerables que nos retrotraigan a tiempos pasados.
Por otro lado, el movimiento del Real Madrid de comunicar que se sumará como acusación particular contra el Barça por el caso de los Enríquez también es gasolina para el encuentro del domingo. Uno comprende que, con los potentes altavoces mediáticos de la capital, que no paraban de presionar a Florentino para que hiciera algo, el Madrid jugase sus bazas de la forma que más le ha convenido, para sumarse al populismo y contentar a su parroquia. El Madrid no quería ni podía ser menos que la Liga, el Consejo Superior de Deportes, la Federación y el sursum corda. “Tengo muchas ganas de enfrentarme a los sinvergüenzas que manchan nuestro escudo”, dijo Laporta este lunes. La lista se está haciendo larga pero él, más allá de la bravuconada emocional, sigue sin dar una explicación tranquilizadora a los apesadumbrados socios.
En la casa blanca saben que, con este gesto precipitado de personarse como acusación particular, cuando ni tan siquiera el juez ha admitido a trámite el caso, cuando el escrito de la acusación de la Fiscalía es muy frágil, la crispación en el Camp Nou todavía será mayor. Ya les va bien. Cuando la afición del Barça ha perdido los papeles, ha acostumbrado a olvidarse del fútbol y no ha obtenido el resultado que esperaba. En el partido del domingo, el Madrid sabe que es el último tren para engancharse a la Liga y, también por ello, pone toda la carne en el asador. El Barça, por el contrario, tiene la posibilidad de ganar mucho más que medio título. El camino para la victoria será jugar mejor al fútbol que el rival, como pasó en la final de la Supercopa, y ser más efectivos que ellos, como pasó en el reciente 0-1 copero en el Bernabéu. El resto, hoy por hoy, es ruido y campaña. Son “esos ataques feroces” a los que se refiere Laporta cuando se ve contra las cuerdas. Son la trampa perfecta para convertir un partido de fútbol en una batalla campal. Los de Xavi no deben caer en ella. La afición, tampoco.
Mucha calma y a animar, en positivo ●