Dar la talla
El Liverpool, que encajó un 2-5 en Anfield y metió siete al United verdugo del Barça, con el Madrid no da la talla. Pudo especular el campeón, encerrarse; se abstuvo de recurrir al cálculo y de guarecerse en el marcador. Recibió al ilustre adversario como si el resultado imperante fuera un sueño. Sucedió. Aquellos dos goles de Vinicius, pletórico; otros dos de Benzema, en su línea, y el de Militao: una “manita” que encorajinó a los “Reds” y lo pagó el MU. Pero esto es Champions, que deja a los futbolistas sin aliento porque desconfían del pasado. De ahí la aplicación inmediata, sin contemplaciones. ¡Qué primer tiempo! También el segundo. Fútbol de ida y vuelta, sin transiciones, apenas con el ancla del mariscal Kroos. Todo lo demás, la estrategia de Chiquito: ¡al ataqueeerrrr! Da gusto ver a Vinicius, cuando no simula, protesta o pierde los papeles. Velocidad supersónica que ni siquiera iguala salah .Dejóalos pies de Benzema varios centros prometedores que reventaron los defensas, más veloces, y eso que al esquema defensivo de Klopp sólo le falta el olor a churros para montar la verbena. allison hizo paradas, también Courtois. Y así, arriba y abajo; ataque y contraataque, sin que el encuentro ofreciera una sola señal de debilidad merengue. Avanzaba el tiempo, el 2-5 era una muralla y el público disfrutaba, más con el gol de Benzema que le sirvió… Vinicius. El Madrid daba la talla, tan seguro de su clasificación para cuartos de final como de que en Can Barça ha ocurrido algo chungo, mucho más que ruido. Porque “inocente es quien no necesita explicarse” (albert Camus), que no es lo mismo que ser culpable y no dar una jodida explicación. Quizá no la hay; y hasta puede que el Liverpool sea mejor de lo que parece ●