Mundo Deportivo

Bacalao a la Clemente

- Berta Brau

→ El pescado es su especialid­ad. Concretame­nte borda el bacalao. El cordero, receta que preparó esta pasada Navidad, le sigue de cerca. Cuando él cocina, raras veces queda una ración para el tupper del día siguiente. Y es que, como todo gran cocinero, Javier Clemente es de los que pone todo su esmero y dedicación en sus elaboracio­nes. Siempre lo ha hecho, ya sea entre fogones, sobre el césped o al timón del Txingurri, su barco de juventud donde tantas buenas horas de pesca compartió con amigos y familia por las aguas vascas.

Hoy sigue siendo un lobo de mar que alterna entre dos costas: la Brava y la Vasca. Agrestes, salvajes, auténticas, de esas que, como él, no dejan indiferent­e. O te gusta o no. Pero a él no le preocupa gustar a las masas o no hacerlo. Le preocupan los suyos, su gente, por aquella que todos con los que he hablado aseguran que lo da absolutame­nte todo. Siempre dispuesto, atento, detallista, preparado para sumar en cualquier circunstan­cia.

Aunque cabezón y de ideas fijas, acepta estoicamen­te las derrotas en el golf, algo que no pasaba cuando en su infancia perdía las batallas con sus hermanos por la nata de la leche hervida en la cocina familiar de Barakaldo. Divertidas peleas caseras que continuaro­n con los años en las cocinas Clemente ya que sus hijos, Xabier

Hoy sigue siendo un lobo de mar que alterna entre dos costas: la Brava y la Vasca

y Silvia, tampoco perdonaban la nata o los huesos del cocido.

No es de dar su brazo a torcer, no se muerde la lengua ni le asustan los duelos. Se siente bien en los cara a cara, quizás por eso de que es un gran fan de las películas del oeste. Es rápido, directo y aunque no dispara con bala, tiene buena puntería y no suele errar sus tiros. No es de los que se rinden. Donde pone el ojo, pone, como mínimo, el esfuerzo.

Ve todo el futbol que puede. No perdona la siesta. Y a menudo desayuna con su amigo Karlos Arguiñano . El ceño fruncido tras el que esconde su timidez es impercepti­ble cuando está cerca de su perra Greta. Si bien es más de talante introverti­do con los desconocid­os, es capaz de pasarse ratos bien largos haciéndose fotos y rememorand­o batallitas con los anónimos que se le acercan allá a donde va.

En casa es un manitas: se atreve con persianas, radiadores y lo que se le ponga por delante. Le gusta cuidarse, le confiesan un tanto presumido y admite adorar ir de compras. No es un libro abierto, ni una novela de esas fáciles de leer. Posiblemen­te no sería un popular best seller, pero sin duda su verdad y autenticid­ad le otorgarían un espacio fijo en el renglón de lecturas muy muy recomendad­as de cualquier librería ●

 ?? Foto: efe ?? Javier Clemente nunca se ha mordido la lengua
Foto: efe Javier Clemente nunca se ha mordido la lengua
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain