Un día estás arriba y otro estás abajo
Por Semana Santa no han parado los bombardeos en Ucrania. Espero que en los próximos días, que es la Pascua ortodoxa, den descanso a esta sufrida población ucraniana. El miércoles pasado me trasladé desde Perelada a Barcelona acompañando al amigo Cosme, reputado médico de la Teknon. Una conducción perfecta por su parte, en un Lexus último modelo, con todos los adelantos tecnológicos y en especial una conversación amena que hizo que los 150 kilómetros de ida pareciesen nada. Los dos íbamos felices porque en el Camp Nou íbamos a rematar futbolísticamente al equipo blanco del Real Madrid. Diría que muy poca gente tenía la menor duda de que estábamos en la final. Yo, al menos, me parecía tan claro que incluso había pre-preparado el viaje y la estancia en Sevilla a primeros de mayo, una fecha excelente para aquella ciudad, donde por cierto vive mi hermano Paco con su familia, y en la que ya hemos disfrutado de algún triunfo no hace tantos años. Y la cosa pintaba bien, porque los blancos, ante casi 100.000 personas, no dieron apenas señal de vida durante mucho tiempo.
Sin embargo, y así de grande e incontrolable es el fútbol, bastó una buena combinación de los visitantes para que apareciesen todas las dudas y debilidades que aún almacena nuestro equipo. A la salida, final del partido, nadie se explicaba que el Barça hubiese podido encajar un 0-4 ante la presencia del socio y seguidor que había llegado de lejanos lugares de Catalunya. Pasado el ‘cabreo’ general y estando aquí en Perelada mucha gente te pregunta qué va a ser de nuestro Barça. Ya no del equipo sino del club. Son muchos los temas que están pendientes, sea el increíble ‘Caso Negreira’, por cierto, podría ser el título de una película, a la financiación del estadio, a qué va a pasar con el ‘Espai Barça’, etcétera.
Me relajo, voy a comer mirando al mar aquí en la Costa Brava, en Roses, La Sirena, excelente, y me doy cuenta que esto sigue, que una hora tapa la anterior. Llego a Perelada, en medio del golf, pongo el Masters, lluvia inclemente y espero el partido del Bernabéu. No me cabe duda de que saldrá blanco. Me equivoco otra vez. Sale amarillo, con el Villarreal dejando fuera de la Liga al Madrid con el denostado en otra época Quique Setién al mando del submarino amarillo. El Barça amarra ya definitivamente Laliga. Quedan varias semanas pero servirán para batir récords de pocos goles encajados, de máximos puntos, etcétera. Son las contradicciones del fútbol. Un día estás arriba, caliente, y otra estás abajo, helado. Por esto es tan divertido, tan imprevisible y tanta gente lo sigue en cualquier lugar del mundo