Valverde y el efecto misterio
Otra vez se intenta construir la duda alrededor de una agresión para suavizarla
El conflicto entre Baena y Valverde estimula de nuevo la afición de determinados programas a regodearse en los acontecimientos con estrategias sibilinas. En ‘El golazo de Gol’ se preguntaban repetidamente sobre el rol de Fede Valverde en la pelea: “Valverde ¿provocado? o Valverde ¿agresor?”. Como si una opción excluyera a la otra. Como si, en el hipotético caso de haber sido provocado, fuera menos agresor. El programa repitió en varias ocasiones un montaje con las fotos de ambos jugadores donde se recreaba un puño impactando en la cara del jugador del Villarreal. Recuperaban las imágenes del partido de Copa de enero para revisar exhaustivamente si algún instante del partido podía demostrar un hipotético ataque verbal de Baena a Valverde, pero no lo encontraron. Mostraban también reacciones en las redes a favor y en contra de uno y otro y preguntaban a los colaboradores: “¿Quién debe pedir perdón?”. Buscaban una equidistancia entre ambos jugadores en el grave conflicto.
En lasexta, Pedrerol recuperaba las declaraciones de Tomás Roncero en ‘El Chiringuito’ donde revelaba la frase que, según la versión de Valverde, Baena habría lanzado a su rival. En ‘Deportes Cuatro’ también destacaban la frase y construían una cronología de tuits para comprobar la tesis de la provocación. También revisaban de manera infructuosa las imágenes del partido de Copa de hace un par de meses para detectar algún gesto que delatara una provocación.
No hay pruebas, a pesar de haberse buscado a conciencia, de un ataque o una falta de respeto de Baena a Valverde. En los deportes del Telediario en La1, evitaban las hipótesis y se limitaban a contemplar las consecuencias legales y deportivas del puñetazo, que, por el momento, parece lo único evidente en este conflicto.
Acentuar mediáticamente el efecto misterio y subrayar el interrogante de si existió o no una provocación previa no solo es una forma de justificar la violencia. Es también una manera de suavizar la gravedad de los hechos y forzar una especie de empate técnico entre los jugadores. En Gol se preguntaban si Valverde era el “agresor”. Sembrar la duda, construir el efecto misterio sobre la motivación del puñetazo, es una forma de proteger al agresor ●