Militao y Kubo firman la sentencia del Madrid
→ Un error del defensa condenó a los de Ancelotti, con la mente en la final de Copa
→ Entre un desastroso Eder Militao y un oportuno Take Kubo, que cumplió a las mil maravillas con la ley del ex, se encargaron de sentenciar las ínfimas opciones del Real Madrid de soñar con la Liga, ya en manos del Barcelona. Ya solo le queda pensar en la Champions y en la final de Copa, donde tuvo la mente los 90 minutos. El central repitió la desastrosa actuación que condenó al equipo de Ancelotti a la goleada en Montilivi y entregó el gol en bandeja a Kubo en un error impropio del que está considerado como uno de los mejores zagueros del mundo.
El brasileño ha perdido la inspiración que le ha acompañado todo el curso y en el arranque de la segunda de la parte protagonizó un triple falló garrafal: se confió en exceso ante una buena presión de Oyarzabal, resbaló al intentar un regate y su pase de seguridad a Courtois fue un regalo envenenado que solo tuvo que empujar Kubo al fondo de la red para desatar la locura en un Reale Arena que se vistió de gala como en sus mejores noches.
Antes, en el primer ecuador del primer tiempo, Militao derribó claramente a Oyarzabal dentro del área pero Pulido Santana en el césped e Iglesias Villanueva desde el VAR se desentendieron. La acción pareció tan clara que la grada cantó a voz en grito el tradicional “¡Así, así, así gana el Madrid”.
El 1-0 nada más empezar la segunda parte no fue la peor noticia para el Madrid, que se vio en inferioridad numérica por una doble amarilla a Carvajal en apenas ocho minutos. El lateral fue amonestado por reclamar
El central brasileño es una sombra del defensa dominante del arranque de curso
tarjeta en una falta de Oyarzabal y poco después, en un balón dividido, tocó cuero y se llevó por delante a Aihen. En esta ocasión, a diferencia de lo que ocurre con Vinicius, el jugador del Madrid no se libró de la expulsión.
La dimisión del Madrid fue total en Anoeta, sometido por una Real que se juega entrar en Champions y que se gustó a lo grande ante su entregada afición y se regaló un golazo de Barrene para cerrar la contienda. El equipo de Carlo Ancelotti claudicó con todas las letras en una actuación pobrísima condicionada por la ausencia de muchos titulares. Los blancos ya miran a la final de Copa con un regusto amargo ●
La expulsión de Carvajal por doble amarilla finiquitó el encuentro